domingo, 26 de junio de 2011

120: Con los calores de la cama y del afecto y con la temperatura de la solterona, que es más ardiente que todas las bocanadas salidas de los desiertos africanos, tuvo la alegría de haber despertado tan bella alma de bragueta.

La vida de los cojonudos sin menguar ninguna excepción están amarradas a los caprichos de las mujeres y dentro de esta epilepsis mis fans en conclave determinaron que su misil idolátrico cayese bajo las garras del bisturí.

Y esta tramoya nace que los mitos o tabúes con respecto a la belleza física sólo en las mujeres ha quedado a merced del capitalito ahorrado; y que los hombres del siglo veintiunavo se han llenado de sensibilidad para refrescar su apariencia física, en menoscabo de los regalos de cumpleaños.

Y en multitudinaria asamblea fui desmenuzado en forma inmisericorde mostrando mi cara oculta y mi espécimen desnudo.

Se desechó de un plumazo un “implante piloso” así como un “rejuvenecimiento facial” por encontrarlos ellas no acorde a los temas escribidos y por describidnos en el blog.

Con referencia a la “rinoplastia” con un no categórico, ellas manifestaron su conformidad con mi nariz ultrajada de peleador callejero.

También se rieron de la “mentoplastía” manifestando estar satisfechas con el mentón partido que ostenta el imperfecto.

Existió una gran controversia en referencia a la “liposucción”, “lipoescultura” y “lipoplastía” hasta que una de ellas indicó que tienen el mismo significado. Como fue muy acalorado el debate, determinaron un cuarto intermedio.

La “abdominoplastía” y los “implantes de pectorales” fueron abucheados y los mismos tuvieron que salir a la carrera, muertos de vergüenza.

En lo único que estuvieron de acuerdo y no hubo discusión ni debate fue en la “gluteoplastía”. Todas se sintieron satisfechas, como si el culo que van a manosear fuese el de ellas.

Y así camina este mundo, al son de las resoluciones que las féminas emiten cuando ven a un desnalgado y hacen hasta lo imposible por remediar el estropicio de la naturaleza. Sabedor que los deseos insatisfechos producen reacciones urticantes y como no quiero que ninguna de ustedes sufran y se sientan discriminadas ya sea aquellas que se encuentran al otro lado de la frontera o allende los mares les digo que podrán verlo en vivo y directo, en www.awfulplasticsurgery.co

Las notas de felicitación y las epístolas mimosas las podrán hacer llegar al imperfecto de acuerdo con el párrafo veinte del capítulo sexto del libro Cuarto del SQUIRT. Las que no posean el material indicado lo podrán hacer a través de un SMS. Aquellas que desconozcan el SQUIRT y el SMS no se preocupen, pues lo que vale es la intención.

miércoles, 22 de junio de 2011

119: El fulgor de aquella mirada brillante lo iluminó. Desde aquel instante, tuvo el entendimiento y los oídos adelantados y el seso accesible, como una mujer después de saborear su primer polvo.

Axiomas relampagueantes que lo encenderán íntimamente en la obscuridad de su retozar.

1.- Recuerde que la desgracia no ocurre todos los días, así que disfrútelas con placer.

2.- Nunca deje de ser imparcial. Recuerde que el amarse a sí mismo, empieza por uno mismo.

3.- Nunca diga la verdad, pero exija que los demás lo digan.

4.- Nunca mienta, salvo que sea indispensable; tampoco permita que le mientan.

5.- Ser justo es algo difícil, pero algún día ya no lo será; por lo tanto no se esfuerce.

6.- La honestidad es la madre de todas las calamidades, por lo tanto, séalo.

7.- La envidia no existe.

8.- El rencor es un mal acompañante, déjelo en la primera parada.

9.- Ambición es poseerlas, no exhibirlas.

10.- Nunca crea todo lo que lee.

11.- En la letra escrita está la verdadera enseñanza.

12.- El orgullo es bueno, cuando está bien acompañado.

13.- Para ser goloso hay que tener buena herramienta.

14.- Explote por fuera cuando la ira llegue. Si no llega explote por dentro.

15.- La pereza es madre de los cuernos.

16.- Recuerde que la función hace al órgano.

17.- Si al pleno placer aspira, combine la utilidad con el deleite

18.- El abuso no quita el uso

19.- Quien va despacio, va seguro

20.- Se reconoce al León por la uña

21.- No crean un rumor aunque muchos hablen de ella ni piensen que está sea la prueba verdadera.

22.- El amor es algo esplendoroso, como usted no entiende la palabra, déjelo a los platónicos.

23.- No crean lo que leen ni porque os digan que yo lo escribí, pues aunque así fuese, no saben si la censura aprobó la entrada que leéis.

24.- No tomen por verdad las ideas que fuera de lo común se os ocurran, creyendo que alguna hada o mujer maravillosa os las inspira.

25.- No den por cierto lo dudoso ni por seguro lo supuesto ni lo tomen como premisa para deducir conclusiones. Antes de contar la segunda, la tercera y la cuarta, asegurad bien la puerta.

26.- Cuando crea que será abandonado, no se emocione de alegría, esto daría pautas para que ella reconsidere su decisión; ponga cara de circunstancias; no se afeite dos días, pero si use la colonia.

27.- No apoyen vuestra opinión en la autoridad de vuestras esposas y/o amantes ni tampoco han de obrar tan sólo por reproducción e imitación, sino que por vosotros mismos debéis conocer lo que las mujeres experimentadas dicen que es malo y vergonzoso, pues si únicamente lo creéis os causará pesares sin ventaja alguna, y en cambio cuando por experiencia lo conozcáis será demasiado tarde.


28.- Si la traición llega acompañada de la desgracia, tómelo con imparcialidad, ya que si bien a veces la verdad es dolorosa, usted podrá aliviarla con una mentira y eso sería justicia -honestamente hablando- sin sentir envidia ni rencor usted verá que pronto encontrara otro amor ya que ese es el quid de su ambición y los otros al verlo se morirán de asco.

Cuando los deseos mueran, vivirán siempre los recuerdos.

martes, 14 de junio de 2011

118: La necesidad de aprobación de los demás equivale a decir: «Lo que tú piensas de mí es más importante que la opinión que tengo de mí misma»

Anteanoche, en el bulín de Pablo Roberto un especialista en Sinergología nos enseñó a entender las señales corporales para que no nos den gato por liebre. Recalcando que su experiencia le ha enseñado que muchas veces una persona dice una cosa por la boca y su cuerpo lo está negando completamente.

Dice que el tema es de carácter importante cuando uno sale de cacería y si uno observa con dedicación a la presa, podrá antes de gastar un quinto si vale la pena el esfuerzo o mejor sería marcharse en busca de otra. En todo caso un peso es un peso y de a poquito hacen automóviles.

Paso a enseñaros lo poco que me enseñaron:

a. Si ella está contenta nos los mostrara a través de los movimientos de sus dos manos.

b. Si te mira con el ojo izquierdo muestra que está relajada

c. Si tú observas que ella muestra la esclera por debajo de su iris te está diciendo que te teme y tiene miedo al recordar las cosas que le contaron de ti aquellas tontitas que creyeron que todo era un juego.

d. Una mujer en situación de apertura comunica con las palmas de las manos supinadoras, es decir ligeramente volcadas hacia su interlocutor.

e. Un copuchento que tiene las palmas de las manos en la espalda está reticente.

f. Un cojonudo que comunica sistemáticamente con la mano derecha está en situación vigilante con relación a lo que dice.

g. En situación de bienestar, y si su interlocutor se encuentra enfrente, una mujer en actitud de escucha, inclina la cabeza ligeramente a la izquierda.

h. Un copuchento crítico mira siempre a su interlocutor con el ojo derecho.

i. Una mujer que no nos escucha, deja de parpadear.

j. Las cejas de un cornudo colérico forman una especie de V ligera.


Admito para sus conocimientos algunos ítems de cosecha popular

Su reacción cuando casi lo pillas infraganti:
*Manos sudorosas que se frotan constantemente
*Movimientos inquietos, como tamborileo con los dedos
*Parpadeo frecuente
*Respiración agitada

Cuando él siente enojo, desacuerdo o escepticismo:
*Piernas o brazos cruzados
*Ceño fruncido
*Cuerpo volteado
*Dedo índice apuntador
*Sonrojo y mandíbula apretada

Cuando tú ya no le interesas:
*Mirar hacia la puerta o al reloj
*Mira al vacío
*Juega con los papeles
*Mece el pie o hace como baila tap
*Hace garabatos

Cuando él te la está charlando:
*Se rasca la cabeza
*Se muerde los labios
*Tiene mirada de desconcierto
*Se mece de atrás hacia adelante o viceversa
*Limpia sus anteojos

Cuando él tiene una sospecha:
*Se toca la nariz
*Se jala la oreja mientras habla
*Se tapa la boca
*Entrecierra los ojos
*Ofrece una sonrisa de complicidad

Cuando él te está calificando:
*Se lleva la mano a la nuca
*Se lleva el dedo índice a los labios
*Se toma la barbilla con el dedo índice levantado
*Se frota el mentón
*Vuelve la oreja hacia el que habla

[ SECRETOS DEL LENGUAJE CORPORAL PARA ENTENDER LO QUE PIENSA LA MENTE ]

sábado, 11 de junio de 2011

117: Un Buen Escudo No Teme A Una Buena Espada

¿Qué es más importante, el ataque o la defensa? Esta pregunta está siempre presente en la mente de cada persona y que cada cual resuelve individualmente.

Las impetuosas y poco expertas procuran terminar la lid con ataque directo, buscan con insistencia golpes tácticos bellos e inesperados y en todas partes creen ver brillantes combinaciones.

Las moderadas que participaron en diferentes ejercicios, prefieren tener ante todo una fuerte posición, cuando ningún ataque enemigo es temible.

Las amantes de la recreación saben que en el siglo pasado dominaba el estilo ofensivo o, como lo llaman romántico. Entonces no había métodos ingeniosos de conservación. Solo a fines del siglo se formó la teoría sobre el retozo posicional y empezó a valorarse la destreza de saber resguardarse.

¿Cuáles son las nociones modernas sobre esta complicación? La opinión es unánime: tiene igual importancia la protección que la embestida.

Todavía veinte años atrás, los sacrificios intuitivos, los sacrificios por iniciativa, eran frecuentes. Hoy, la técnica defensiva creció tanto que hasta el sacrificio más mínimo debe respaldarse con variantes concretas, pues en caso contrario la protección no revolcará.

¿Para qué precisamos aquí esa divagación auténtica? La respuesta es simple: cualquier jugadora al perfeccionar su habilidad, sigue el camino de generaciones anteriores. Nuestros antepasados no sabían mucho y avanzaban con el método de pruebas y errores, atesorando para nosotros bastante literatura sobre el tema.

¿Cómo aprender a defenderse bien? Hay muchos métodos y procedimientos. Veremos los principales en esta lección y siguientes. Empecemos por la defensa de malas posiciones. La literatura dice que la posición nunca es tan mala como para no poder defenderse, no en balde, dice el adagio: “Nunca es tarde para rendirse”

La práctica muestra que por más desastrosa que sea la posición, siempre habrá posibilidad de enconada resistencia. La tarea consiste en hallar esa posibilidad. Entonces el adversario que saboreaba la victoria a cada tirada tropezará con nuevas dificultades, por agotamiento podrá cometer algún error y se le correrá la victoria.

Claro, si en tal situación ambos contendientes juguetean bien, por más obstinada e ingeniosa que sea la defensa, una posición mala seguirá siendo mala. Pero hay que continuar luchando hasta el final con toda energía.

Muchas a menudo se salvaban de posiciones difíciles mediante una resistencia violenta y hábil. Pocas veces perdía otro gran ajedrecista del pasado, el cubano José Raúl Capablanca. El también sabía defenderse maravillosamente. Valoren la defensa, aprendan a defenderse, un escudo fuerte puede resistir el golpe de cualquier espada.

sábado, 4 de junio de 2011

116: LOS PEORES SINSABORES Y ANGUSTIAS DEL HOMBRE VIENEN DE LO MISMO: DEL NO ENTENDER O DEL ENTENDER A MEDIAS.

Después de meterme en varios blogs he llegado al suyo y en él me he encontrado con que la gente que hace los comentarios los hacen en pleno raciocinio y no como en otros que simplemente dicen: ¡Qué bonito! ¡Qué lindo! En cambio a usted hasta lo tratan de neófito y eso me agrada de sobremanera. En ese entendido, señor Traumatológico voy a narrar lo que me sucedió en forma novelada para que así entiendan bien y de esa forma me den el consejo que necesito. Agradezco su comprensión y le reitero mis agradecimientos más sinceros. Anónimo.

Dirigió al susodicho una de esas miradas arrebatadas que no están aprobadas más que a las princesas y a las rameras; y el inexistente amor que publicaron aquellos ojos hizo suficiente avería en aquel hombre. Ella conoció, con delectación totalmente, la preponderancia de su aparatosa mirada, en la contestación que dio el joven sin expresar nada decididamente.

E, indudablemente, el sonrojo que incineró sus mofletes habló mejor que los mejores discursos, siendo a la vez interpretado perfectamente. Ante tan dulce aspecto, Ella, para estar segura de que aquello no era consecuencia del albur, ambicionó distinguir a donde alcanzaba la virtud de sus ojos. Y, prestamente de estimular bien más de treinta veces a su víctima, se certificó en el reconocimiento de que podía bizarramente seguirla hasta la consumación del universo.

Le sobresaltó tanto esta idea que, tres veces, le arremetió el deseo de ponerle en un montón todas las satisfacciones del varón y hacérselas experimentar en un santiamén de amor, a fin de no ser un día increpada por haber disipado no sólo la vida, sino también la felicidad de aquel hombre.
Ella salió por el lado del callejón donde estaba su seguidor, cruzó por delante de él, trató de insinuarle con una sensible mirada la pretensión que la persiguiera, y luego, para certificar en la comprensión e interpretación explicativa de aquella tenue invocación, la taimada tentadora se volvió después de pasar adelante, para requerir su compañía.

Vio entonces que él se apartaba un poco, pero sin resolverse a adelantar un paso, tan tímido era; mas, a esta última seña, el joven, seguro de no ser impertinente, se fusionó en la muchedumbre, trotando espaciosamente y sin sonido como aquel que teme dejarse ver en uno de esos sitios llamados malos. Y, fuese a la cabeza o al revés, a la derecha o a la izquierda, siempre la fascinante le mandaba una resplandeciente mirada, para fortalecer más y mejor atraerle a sí, como marinero que dócilmente alza el hilo para computar el peso de la presa.

En compendiadas cuentas Ella hizo tan bien el quehacer de las rameras, cuando se hubiera dicho que nada se parece tanto a una prostituta como una mujer incendiada.

Al abordar el porche de su residencia, echo un vistazo al joven para incitarlo a acompañarla, administrándole una mirada tan diabólica que él se arrimó a la soberana de su corazón; ella le brindó la mano y los dos aguijoneados y estremecidos por causas encontradas se introdujeron internamente en la mansión.

En aquel instante Ella se remordió y gravitando en el miembro de su galanteador le expresó: -Marchante mío he cometido una embarazosa incorrección para contigo, en el cuarto aledaño se halla un mulato morrocotudo con un aparato quilométrico que profanará de ti.

-¡Ah!- prorrumpió, sepultando en el fondo de su substancia una opaca consternación- Gratitudes os abastezco por querer usar de mí a manera de un objeto sexual de vuestra pertenencia… Sí, os idolatro tanto, que todos los días ensueño con ofreceros, una cosa que sólo una vez puede darse.

¡Tomad, pues, mi lo que querrás!

Oyendo estas salerosas y eróticas frases, prorrumpió: -¡Ah! si no fuese por el negro de mierda, ¡cuánto te amaría!

-¡Basta! Mi figura está desenredada, mi horóscopo pronostica que calzare cosas inconcebibles…

Al espectáculo del mohín y el talante lustroso de aquel individuo competente, la mujer se consideró magullada y atiborrada en su corazón. Y vertiginosamente se consideró aguijoneada con un hormigueo en los fondillos y gritó: -¡Comenzad! ¡os deseo!- improvisando un ademán de constreñirlo e incorporarlo a sus entrañas.

Más él, con el semblante en alto, traspasó la puertezuela.

El consejo que preciso, señoras y señores, es: ¿Qué debo hacer si esa bella mujer vuelve a devorarme con la mirada?

jueves, 2 de junio de 2011

115: Cayo en un amor verdadero, el cual estuvo de acuerdo con sus euros, puesto que perdió las ganas de beber y de comer. Este amor es de la peor especie, porque os incita al amor de la dieta, durante la dieta del amor; dos enfermedades una de las cuales basta para matar a un hombre.

Me imagino que todo el mundo tuvo la oportunidad de la primera cita y estoy seguro que su recuerdo imborrable permanece aún y uno siente como una corriente eléctrica se escurre en zigzag por la columna vertebral y siente latir su corazón como en una carrera.

A veces uno jamás comprenderá como nacen estas cosas y lo sorprendido que uno queda cuando alguien le insinúa que uno vaya donde ella.

El caso es que no sé cómo pero quedo concertada la cita para el tal día y la hora tal y uno todavía se siente confundido y con algo de temor.

Y uno va contando los días con los nervios en punta y de improviso te das cuenta que solo faltan horas para encontrarte con ella.

Uno elige con sumo cuidado el atuendo para que esté de acuerdo a las circunstancias, se baña; tarda diez minutos peinándose y se sazona agradablemente.

Creo que sufrí bastante en la antesala, mis nervios brincaban y mis piernas temblaban, trate de recordar las palabras con los cuales me animaron para este encuentro y los mismos en vez de tranquilizarme, me pusieron frenético.

Una vez frente a ella, balbucee un hola vacilante y torpemente alargue el cuello para verme más alto. Ella contesto mi saludo con una sonrisa fresca, su atuendo blanco contrarrestaba con el verde limón de las paredes y me indicó donde sentarme.

A la legua se veía que ella ya había vivido este tipo de situaciones, yo no era el primero y estoy seguro que tampoco el último.

Siempre con la sonrisa a flor de labios, se aproximó a mí y en un susurro con una voz olor a menta me dijo que me calmase, me tomo del mentón y me abrió la boca.

Yo solo atine a mirarle sus ojos grises, su nariz respingada, sus cejas bien delineadas y me perdí dentro de sus ojos; más el taladro en mi muela nublo mi mente de un dolor que me estremeció el tuétano y a mi pesar me queje de dolor. Su voz cálida y sus manos frescas insensibilizaron mi desazón.

Ustedes estarán de acuerdo conmigo que la primera cita con la dentista, aunque ella sea dulce como un melocotón uno jamás lo querrá volver a vivir