jueves, 17 de junio de 2010

45: Manual de convivencia matrimonial. Parte I

Diré pues que en un matrimonio nuevo, las dificultades para hacerse obedecer serán mayores o menores según los meritos de aquella que los ha conquistado.


El hecho de pasar de particular a esposa ya presupone de por sí tener mucha suerte o mucho talento y el poseer ambos dones hace que un gran número de dificultades dejen de serlo.


De todas maneras aquella que menos confié en la suerte mejor le ira. Le facilitara todavía más el éxito el hecho de no poseer otros hombres, pues así se verá forzada a ir a residir a su nueva posesión.


Aquellas que de modo parecido a éstas adquieren un marido gracias a su talento, les costará trabajo conquistarlo pero lograrán conservarlo fácilmente.


Las dificultades que tendrán que vencer procederán en parte de los cambios de usos y costumbres que se verán obligadas a introducir para establecerse sólidamente y asegurar su poder; nada hay más difícil de llevar a cabo que la implantación de nuevas normas.


Se quiere aclarar este punto hay que examinar bien si las reformistas pueden hacer sus innovaciones por iniciativa propia o si tienen que depender de otras: en una palabra, si para llevar a buen término su proyecto deberán usar la persuasión o si podrán usar la fuerza.


En el primer caso acaban siempre mal y no consiguen llevar nada a buen término, en cambio cuando sólo dependa de ellas y puedan usar la fuerza entonces muy pocas veces fracasan. Por eso todas las actrices triunfan y las secretarias sucumben.


Además de todo lo dicho hay que considerar que el carácter de los hombres es mudable, es fácil persuadirles de algo pero resulta difícil lograr que se mantengan en esa convicción. Las disposiciones tomadas al respecto deberán ser tales que en cuanto dejen de creer se les pueda obligar a creer con la fuerza.


Las nuevas conquistadoras pasan grandes trabajos, tienen que librarse constantemente de grandes peligros, y deben dar constantes pruebas de su ingenio y valor, pero una vez vencidas las dificultades, (tras haberse librado de las envidiosas) empezarán a ser estimadas, serán poderosas y vivirán tranquilas y honradas.

16 comentarios:

  1. Como siempre,saber llevar al otro es un puntal fundamental,para lograr que medianamente todo camine sobre ruedas aunque no siempre entre algodone,no??
    jajajajaajajajaja

    BESITOS SOLITARIOS ♣

    ResponderEliminar
  2. Uyyy que difícil es eso!!!
    admito que huyo de esas adaptaciones, demasiadas complicaciones.

    Un beso

    ResponderEliminar
  3. JAJAJA CHALE Y PARA LOS K NO ESTEMOS CASODOS ES MEJOR NO CASARCE JAJAJA SALUDOS

    ResponderEliminar
  4. ¿Para qué tanto lío?, si ya sabemos que la mujer se impondrá y el hombre hará lo que ella diga.

    Como buen matrimonio que se precie de serlo.



    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. jajajajjaa me has dejado pensando hee! un beso.

    ResponderEliminar
  6. Para qué tanto trabajo!! Años y años de casados...y al final querés salir corriendo.

    Mejor te mando un beso y listo

    ResponderEliminar
  7. Buen post,

    pero yo voto por no conquistar, ni ser conquistado! já.


    SALUDOS!

    ResponderEliminar
  8. Espero el capítulo dos de éste manual, supongo será tan o más irónico que éste.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Bueno, y si sabemos los resultados, ¿porqué complicar las cosas?
    Conquiste quien conquiste, el resultado será el mismo. Lo que importa es que sea bueno.
    Me has hecho reir...
    Gracias por tu compañía.
    Muchos besos.

    ResponderEliminar
  10. Pero al final, la mujer manda...

    saludos

    ResponderEliminar
  11. Ellas siempre tienen hambre, ganas de mear y de discutir. O todo al tiempo.

    ResponderEliminar
  12. Es muy complicado, pienso que mientras hay chispa y deseo todo es maravilloso. Si se consigue mantener eso se puede ser feliz mucho tiempo.

    ResponderEliminar
  13. Me gustó aquello de que el logro de un proyecto pueda someterse al uso de la fuerza... tal vez luego no me guste, recordemos el carácter mudable de las convicciones del abajo firmante.
    D.

    ResponderEliminar
  14. No hay que complicarse mucho...y aceptar la realidad será como un buen final igual al de tu entrada. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  15. Ofú, menos mal que yo no quiero marido. Prefiero intentar conquistar un puesto de trabajo donde quiero. Merece más la pena. XD

    ResponderEliminar
  16. Tarde o temprano la mujer termina dirigiendo la batuta, no hay demasiadas cosas por qué preocuparse ni hacerla tan difícil. jaja. Muy buena entrada. Un abrazo.

    ResponderEliminar