martes, 8 de febrero de 2011

88: Chistt…. (DISFRUTEMOS LO QUE PODAMOS, MIENTRAS PODAMOS)

-Alcance usted dos sillas para estos señores –y agregaba- siéntense ustedes
-Señora –decía el visitante- vengo yo solo; nadie me acompaña.
-Ya lo sé, es solamente una precaución que tomo para no olvidar que en usted hay siempre dos personas: la que se ve y la que no se ve.

Parece que es cierto lo que dicen esta señora; pues desde mis primeros escarceos idílicos me di cuenta que mientras besuqueaba a una estaba pensando en otra.

Y a veces se armaba una barahúnda como aquella vez que le dije que pedí un plato donde no llevaba cebollas ya que a ella no le gustaban y ella me replico diciendo ¡qué si le gustaban!; y la pobre me miró extrañada(¡?)

O como le sucedió a Gustavo que en medio del ejercicio se deslizo de su paladar a su lengua y de esta a los labios un nombre y la imperfecta ceso en su movimiento y clamo: ¿¡¿¡qué has dicho!?!?

Esas demostraciones me llevo a implantar prácticas piadosas siempre pensando en ellas y así evitarles disgustos y malos ratos. Y las mismas se circunscriben dentro del siguiente marco:

a. Jamás vociferarlas por su nombre
b. Jamás asimilar sus deleites culinarios
c. Jamás frecuentar sitios públicos
d. Tratarlas siempre de Usted
e. No tropezar en familiaridades
f. No utilizar un lenguaje mediocre
g. Nunca cargarlas a mi morada
h. Jamás forjarlo en su domicilio
i. De ningún modo con la señora de un conocido
j. De ningún modo con una de la oficina

Quien nada sabe nada teme y no cae en el excusado, pues al no pronunciar su nombre, ningún resabio quedara de ella y uno jamás podrá decir: ¿creo que conocí a una que llevaba ese nombre? Pues la mente te enseña que aquello que no lo practicas, lo olvidas.

El tratamiento de usted es de suma importancia ya que si por casualidad uno tropieza en un lugar público o del entorno familiar nadie sospecharía al escucharlos conversar.

El evitar las familiaridades, te libra de miradas interrogadoras cuando la otra en cuestión incurra en toqueteos, zalamerías, abrazos y pellizcos.

El que ella desconozca donde vivo y el desconocer donde ella mora con sus seres queridos es de gran importancia. Pues imagínense la sorpresa que se llevaría la que funge como esposa cuando afanosa este buscando algo y que la extraña le indique donde está.

Finalmente si uno la trabaja a una de la oficina y luego le ordene realizar un encargo, la colega no lo hará en el entendido que como son cómplices en la cama es lógico que también sean cómplices en el cumplimiento del deber laboral.

Tampoco con la señora de un conocido, pues uno pasa bochornos cuando al visitarlos ve que ella lo sirve al pensamiento como queriendo disculparse de sus flaquezas. Y por no obligar a una mujer a caer en ese sahumerio les dije no a las de los amigos.

Bueno estas precauciones uno deberá tomarlas con las primerizas. Pues una dama, una señora, una madre; ella será la que tomará y ejecutará al pie de la letra las sugerencias.

Bueno queridas mías, adelante y ha divertirse.

4 comentarios:

  1. Sería de una suprema prolijidad y buen gusto escoger acompañante de un nombre exclusivo. Así, por ejemplo, luego de enamorarse y romper con Susana, la siguiente novia debe llamarse Susana y las siguientes también.

    Eso eximiría de irremontables vergüenzas al pronunciador orgásmico, como un amigo de un amigo, que de su nueva novia a veces no recordaba su nombre y con gran maestría fingía bromear: "Te amo… cómo era que te llamabas?".

    D.

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  2. Se te ve muy experto en las lides del amor, lo de equivocar los nombres me ha dado más de un disgusto..

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  3. Yo nadamás digo MI amor así es que puede ser el actual, el pasado o el que sea así no me equivoco.

    Buenos tips.


    Beso.

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  4. ¡Cuánta cotesía y conocimiento!!
    Beso

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