martes, 30 de agosto de 2011

136: Capítulo I Temas revulsivos que empelota la ciencia y el arte de tallar huevos

Ambiciono dilucidar que no es la clonación de la Guerra de los Orgasmos ni tiene nada que ver con el Manual de Conveniencia Matrimonial. Ambos ensartes pedagógicos llegaron desdichadamente al recinto conclusivo.

Lo opúsculos fueron escribidos pensando en ustedes; en sus castos ojos y también tomando en cuenta su libidinosa imaginación. Es resolutivamente inverosímil fabricar esta sabiduría con la claridad con la que la imagino en mi mente. Sin embargo, no obstante que los vocabularios sean irrisorios, los principios son irrefutables por sí mismos. En cuanto a lo que está escrito aquí, pueden sentarse sobre cada una de las palabras. Si crees en ellas de una forma corriente, y si malinterpretas alguna será en forma personal.

La actitud del espíritu

En las artes eróticas, la sazón del espíritu debe seguir siendo el mismo que en la vida cotidiana; lo mismo que cuando practicas con el primer menso que se cruzó en tú camino, no permitas que haya ningún cambio: con el espíritu abierto y directo, ni tensa ni demasiada relajada, conservando la mente centrada de forma que no haya desequilibrio, relaja tranquilamente tu mente y saborea totalmente ese momento de tranquilidad, de forma que el relajo no se detenga ni siquiera un instante.

Aunque estés tranquila, tu espíritu debe estar alerta, aunque estés encendida, tu espíritu no deberá acelerarse. La mente no es arrastrada por el bajo vientre, y el bajo vientre no es arrastrado por la mente. Pon atención a la mente, no al cuerpo. No permitas que haya carencia ni exuberancia en tu mente. Aunque frívolamente tengas el ánimo débil, permanece fuerte por dentro y no dejes que otros te adivinen tú tendencia.

Esto es esencial para aquellas que son físicamente pequeñas para saber cómo ser grandes, y para aquellas que son físicamente grandes para saber cómo ser pequeñas; tanto si son físicamente grandes como si son pequeñas, es esencial mantener vuestro espíritu libre de desviaciones subjetivas.

Deja tu espíritu despejado y abierto, poniendo la imaginación en un dilatado plano, Es esencial lijar a destajo la imaginación y el espíritu.

Una vez que hayas utilizado tu imaginación hasta el punto en el que puedas distinguir lo que es verdad y lo que no lo es, en el que puedas decir lo que es bueno y lo que es malo y cuando ya hayas experimentado varios dominios y ya no puedas ser engañada en absoluto por ninguno cojonudo, tu espíritu habrá quedado saturado de conocimiento y de la sapiencia en el arte de tallar huevos.

Existe algo especial sobre el conocimiento de las artes genitales. Es imprescindible subyugar los principios de la conflagración y aprender a permanecer como un espíritu inmutable incluso cuando estés en medio de la actividad.


Actitud física

En lo que respecta a la estampa física, el semblante no debe mirar hacia abajo, hacia arriba ni ladearse. Tu mirada debe ser fija. No arrugues la frente, pero haz una cuneta entre tus cejas. Conserva inmóviles los ojos e intenta no parpadear. Cierra ligeramente los ojos. Trata de mantener una expresión serena en el rostro, con la nariz recta y la barbilla ligeramente adelantada.

La parte posterior de tu cogote debe permanecer recta, debe centrase la fuerza en la nuca. Sintiendo todo el cuerpo desde los hombros hacia abajo como una unidad, baja los hombros, mantén la columna vertebral recta y no sentéis los fondillos. Concentra el poder en las partes inferiores de las piernas desde las rodillas hasta la punta de los dedos del pie. Tensad la panza de forma que las tetas no se hundan.

Existe una enseñanza llamada “ajustar la cuña” que significa que el abdomen es sujeto por la faja de empeine doble, de forma que el calzón quede suelto.

Hablando en términos habituales, es esencial hacer que tu porte normal sea el porte que mantenéis en las artes sensuales y haced que el porte que mantenéis en las artes amatorias sea vuestro porte ordinario. Esto debe ser considerado con atención.


El enfoque de los ojos

Los ojos deben amplificarse para optimizar el alcance y la amplitud de la visión. La vigilancia y la penetración son dos formas separadas; el ojo que observa es más fuerte, el ojo que percibe es más débil. Una especialidad de las artes eróticas es ver de cerca lo que está lejos y ver lo que está cerca con distancia.

En las artes amatorias es importante ser consciente de los sables de los contendientes, y tú no debes mirarlos para nada. Eso cuesta trabajo. Es esencial ver ambos lados sin mover los globos oculares.

Cosas como éstas son difíciles de dominar al mismo tiempo cuando tengas prisa. Recuerda lo que estás leyendo, acostúmbrate constantemente a este enfoque de los ojos y encontraras el placer, en el que el enfoque de tus ojos no cambia suceda lo que suceda.

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