lunes, 5 de diciembre de 2011

159: «Si Vos llegáis a ser mía, voy a perderos, precisamente porque luego os poseeré, a Vos, a quien adoro.»

Puede que sea útil leer la frase otra vez. Lo que parece que Rousseau quiere decir es: el que se me entrega, por esto mismo ya no es apto para seguir siendo el ideal de mi amor.

Este concepto aparentemente intolerante es de uso corriente, en donde el amante, convencido de su pasión, asalta a su adorada para que le conceda su amor, y, tan pronto como ella se deja conquistar, la desprecia, pues una mujer decente nunca habría hecho «esto».

Jean-Paul Sartre define el amor como un intento vano de poseer una libertad como libertad. ¿Quién se contentaría con un amor que se diese como pura fidelidad a la fe jurada? ¿Quién aceptaría que le dijesen: «te amo, porque me he comprometido libremente a amarte y no quiero faltar a mi palabra; te amo por fidelidad a mí mismo»? De este modo, el amante pide el juramento y se irrita por el juramento.

«Pues el que quiere a alguien que no merece ser querido, no está en su cabal juicio» Defectos característicos como masoquismo, apego neurótico a una madre castradora, fascinación morbosa por lo de calidad inferior y otros motivos de esta especie serían las explicaciones del amor del hombre o de la mujer en cuestión y, por lo mismo, harían su amor insoportable Y así se descubre la mezquindad no sólo del ser amado, sino también del amante y hasta del mismo amor.

Lo más práctico, en definitiva, es enamorarse desesperadamente de una persona casada, de una estrella de cine o de una cantante de ópera, de alguien inalcanzable. De este modo, uno viaja lleno de esperanza sin llegar nunca. Y, además, se ahorra la desilusión de tener que comprobar que el otro a lo mejor está dispuesto a aceptar la relación, con lo que inmediatamente se convertiría en inatractivo.

La misma naturaleza de una tal relación sólo conduce a dos resultados posibles, y los dos son fatales: será un fracaso o un éxito. En el primer caso, hasta el «amante» más fervoroso acabará por abandonar la relación profundamente desengañado y amargado.

Si, en cambio, la empresa ha tenido éxito, el amado ya no necesita más empeño y por lo mismo la relación también se deshace, habiéndose agotado su sentido y motivo.

Nos dan ejemplo de ello las mujeres, casi siempre inteligentes, responsables y sacrificadas, con su propensión fatal a convertir, «por el poder de su amor», a los borrachos, jugadores o golpeadores de mujeres «en dechados de virtudes», mujeres que hasta el final responden a «más de la misma» conducta del hombre con «más del mismo» amor y disposición a ayudar. Por lo que hace a su potencial de desdichas, estas relaciones son casi perfectas, «pues aquí las dos personas se adaptan y ajustan mutuamente», como apenas parece ser posible en las relaciones positivas.

Sólo cuando tenemos el papel que precisamos, nos convertimos en «reales»; sin él estamos a merced de nuestros sueños que, como se sabe, son vanos.

El papel que él tiene que desempeñar para que yo sea «real», es el papel que él mismo quiere desempeñar para construir su propia «realidad». A primera vista, esto hace el efecto de un arreglo perfecto, ¿no es verdad?

El problema de muchas relaciones homosexuales está en que las personas en cuestión suspiran por relacionarse con uno que sea «realmente» hombre, pero, por desgracia, tienen que comprobar que también el otro «no es más que» un homosexual.

6 comentarios:

  1. yo en eso de homosexualismos no me inmiscuyo mucho ya que son muy complejas estas personas y pueden malentender lo que dices o viceversa.

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  2. En definitiva amamos el ideal que está en nuestra cabeza, o sea...El amor es pura ficción, Chaly, una fantasía, un conjunto de reacciones químicas en nuestro cerebro, no le demos más vueltas...

    ¡Pero qué lindo que es estar enamorado!

    Besos
    Maribe

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  3. existe ese tipo de amor? tengo mis serias dudas!
    existe la necesidad biológica de tener sexo, existe la atracción sexual! existe también, la necesidad de compañía, el miedo a la soledad! creo que todo esto se conjuga y se habla de amor.

    Tengo hijos y los amo y nunca, repito, NUNCA, sentí algo que se le parezca por un hombre.
    Pero estoy hablando desde mi perspectiva! es sólo mi opinión!
    abrazos Chaly

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  4. Me atrajo mucho este análisis, concuerdo en su plenitud y me despierta también la vieja sensación de que uno no toma decisiones a la hora de enamorarse. El deseo por alguien viene de quién saber dónde y tratar de concretarlo inicia una irremediable cadena de equívocos entre la pasión y la razón. Las honrosas excepciones se llaman relación y cuando duran desestabilizan la teoría de que no son posibles.

    Hasta la próxima utopía,
    D.

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  5. Yo tampoco me meto mucho en este tema creo que cada quien ama a su forma y a quien quiera amar, a veces no entendemos la forma de amar de los demás porque no estamos en sus zapatos.
    Saludos

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  6. Oiga Profe hoy dio su clase un poco enredada, si.


    :)

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