jueves, 26 de enero de 2012

175: Revivo la situación en este momento, y confieso que no logro verme de nuevo viendo a una muchacha tan linda jamás en mi vida. Bueno, tampoco hay que exagerar, estoy reviviendo sólo esa situación, en ese momento

¿Sabes de dónde nace el verdadero poder? ¡Del beso, sólo del beso! Saber al dedillo como presentar y entregar tus labios, puedes llegar a ser reina. Sí, el unirse de dos bocas es la sensación más agraciada, más divina que ha sido adjudicada a los seres humanos; el limite último y supremo de la dicha.

Una caricia tan sólo produce esa sensación íntima, inmaterial de dos seres convertidos en uno, y eso es el beso. Todo el frenesí violento de la posesión completa no iguala a ese trémulo acercamiento de las bocas, a ese primer contacto, húmedo y lleno de frescor, seguido de la conjunción inmóvil, ardorosa y larga, larguísima, de una y otra.

Es, el beso tu arma más poderosa; pero guárdate de achatar su filo. No olvides que su eficacia es relativa, de puro convencional, cambia con las circunstancias, el estado de ánimo del momento, el sentimiento de espera o de éxtasis del espíritu.

Siendo, pues, completamente convencional la eficacia de esta caricia, debes guardar de que pierda su valor. He sido testigo en muchas ocasiones de tu torpeza, aunque no constituyas a este respecto una excepción. La mayor parte de las féminas pierden su autoridad sin más motivo que el abuso del besar, del besar intempestivo. Si ven que el peor es nada o el amante da señales de un poco de fatiga, porque hay horas de laxitud en las que el corazón, lo mismo que el cuerpo, piden reposo, ellas, en vez de comprender lo que a él le ocurre, se obstinan en caricias inoportunas, lo hastían con su obstinación de brindar sus labios, lo cansan al estrecharlo entre sus brazos sin medida ni razón.

Para empezar, no beses nunca a tu pareja en público, en un autobús, en un restaurante. Es un acto del peor gusto. Aguántate las ganas. Él creería hacer el ridículo, y te guardaría siempre rencor.

Desconfía sobre todo de los besos inútiles, prodigados en la intimidad. Tengo la certeza de qué haces un espantoso consumo de ellos.

Y para citarte un caso, te diré que un día estuviste verdaderamente desagradable.
Nos hallábamos los tres en tu jardín, y como mi presencia no los entorpecía, el cojonudo te tenía sentada en sus rodillas y te daba prolongados besos en la nuca. De pronto gritaste: "¡El fuego!" Todo lo que brillaba en la parrilla eran unos carbones mortecinos y a punto de apagarse. El cojonudo se levantó en un salto, se precipitó a la carrera al depósito y sacó del mismo dos bolsas de carbón, grandísimas, que traía con gran dificultad; y en ese preciso momento fuiste hacia él con tus labios mendicantes y le dijiste: "Bésame". El copuchento volvió la cabeza haciendo un gran esfuerzo para no dejar caer las bolsas. Y tú posaste tu boca suave, lentamente, en la de aquel desventurado, que tuvo que aguantar, con el cuello doblado, la cintura en torsión, los brazos doloridos, temblando de cansancio y de esfuerzo violento. Y tú, sin ver ni comprender, eternizaste aquel beso martirizador. Después, cuando lo dejaste en libertad, te pusiste a refunfuñar con gesto de enojo: "¡No sabes besarme!..."

Ten cuidado con eso. Raya en estúpida manía, en impulso instintivo tonto, tu afán de lanzarte al beso en los momentos peor elegidos: Cuando él lleva en la mano un vaso de agua; cuando se está poniendo el pantalón; cuando se hace el nudo de la corbata, en fin, cuando se encuentra en alguna postura incómoda, entonces lo inmovilizas con alguna caricia molesta que le fuerza a permanecer un minuto en una actitud iniciada, sin sentir, otro deseo sino el de desembarazarse de ti.

Sobre todo, no tomes esta diatriba como intrascendente y miserable. El amor es cosa delicada, amiga mía; un nada lo lastima; ten presente que todo depende de tu tacto en los arrumacos. Un beso tosco alcanza producir un grandísimo desgaste.

3 comentarios:

  1. El beso sabe mejor en la intimidad, es místico con un gran potenciar de deseo y amor. Estoy totalmente de acuerdo contigo.

    Un fuerte abrazo

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  2. Coincido con vos Chaly, el beso es un arma de seducción muy poderosa. Hay que elegir muy bien dónde, cuándo y cómo besar...

    Un abrazo
    Maribe

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  3. totalmente de acuerdo, un beso puede crear magia!
    saludos!!

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