martes, 1 de julio de 2014

379: érase una vez un río que me llevaba hacia el corazón de mi amada, entrando por sus ojos, entre sus piernas, por su boca, por sus manos abiertas.

No hay infidelidad, sólo afición sinfónica.
No existe la mentira sino la imaginación.
No hay traición, sólo misterio.
No hay engaño sino agonía.

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