sábado, 1 de noviembre de 2014

411: discurso que funciona como invectiva metalingüística

Anoche escuche un ruido, arme mi escopeta calibre 16 y asome la nariz por la rendija, en la calle dos tipos se afanaban por trepar la barda, hice dos disparos y retrocedí a mi dormitorio, en la tele seguía el mismo programa aburrido, apague y me acomode para dormir, cerré los dos y en ese instante escuche unos quejidos, ambos llamaban a sus madres, lloraban e hipeaban entre ayes de dolor, ante ese acontecimiento me vi obligado a levantarme de la cama, me fui a la cocina y calenté un poco de leche, agarre un paquete de galletas de chocolate y encendí la tele y busque un programa musical para estar a tono con mi estado de ánimo. Una vez lleno y canturreando una canción de moda, apague la tele y las luces y me eche a dormir. Un silencio maravilloso poblaba la noche…

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