- Hijo, hacé tu letrero...
Me decía Mamá, tras que me veía volver
de entrenar.
- ¡Pero no vas a poner tus payasadas!
Me advertía. Creo que en eso nunca le
hice caso.
"SE VENDE CENA.
MAJADITO.
RAPI AL JUGO
REFRESCO DE GREY.
Actuación especial de Camilo Sesto"
Escribía yo en el pizarrón de lata
negra, humedeciendo la tiza con mi lengua para que pinte más blanco.
Al principio Mamá no se daba cuenta,
ella andaba demasiado ocupada pa fijarse en eso. ¿Cómo la hacía?
En la mañana muy temprano se iba al
mercado, preparaba el desayuno y ponía su bollo de ollas para el almuerzo.
Pero mientras... Ponía a remojar ropa en
el bañador de aluminio y sobre la marcha hacía el refresco y el postre para los
pensionados. Nunca descansaba... No visitaba a nadie y no le gustaban las
visitas. - "No ando de ociosa pa estar aplastada oyendo chismes"-decía.
- Doña Celi, ¿a qué hora canta Leo Dan?
Le dijo una noche don José Perico,
obviamente citando mi letrero. Fue la primera vez y me trató por payaso. Al
tiempo solamente se reía.
Y yo ponía;
"Esta noche, actuación especial de
The Monkies, Bee Gees, Los Iracundos, Trocha Angosta, The Beatles..."
Lo que se me ocurría. Era el chiste del
barrio y los comensales... Hasta que una noche puse:
"Show musical a cargo de Doña Celi,
estrenando su canción "La olla cuadrada".
No le gustó el chiste y me hizo borrarlo
con la lengua. Así era...
Pero el tiempo pasa.
Yo crecí y con los años seguía
anunciando cantantes, primero desde la radio y luego la tele.
Mamá me llamaba al canal pa decirme:
- Hijo, ¿Cómo te vas a poner esa camisa
arrugada en las mangas...???
Muchos recuerdos.
Pero volviendo a la cena les puedo decir
que...
Amo la comida que alguien vende en
alguna calle.
Es una manera de vivir esas noches en la
casa de mamá… de nuevo.
Es mi lugar, es la gente con quien me
crié, señoras valientes que enfrentan la vida dignamente.
Yo sé lo que cuesta hacer y sé de la
tristeza que llega cuando por alguna razón la comida no se vende, algo muy
común cuando llueve a la hora de la cena...
Por eso estoy aquí esta noche, pensando
en doña Celi y deseando que el dos de noviembre no llegue...
Pero llegará. Y ya se...
Seré de nuevo el niño de los letreros,
al menos en mi memoria.
Y ¿doña Celi?
No estará para reírse de mi payasada en
el anuncio...
El ESCRIBIDOR.
Pues sí, ese día todos recordaremos cosas que nos han sucedido con personas que no están.
ResponderEliminarYo me acuerdo perfectamente de los sugerentes pechos de mi abuela, que evidentemente con 5 años no me atraían como ahora me atraen otros, pero para no recordarlos, dado su perímetro.
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