domingo, 9 de enero de 2022

0551: "En la fiesta de Porongo"

 

Una vez que al Piraí

con otros me juí a bañar

un camba cantó al pasar

la copla que dice así:

 

"Vámonos pa lla pa Porongo

que la vida es bien barata

cuatro quesillos por medio

Y una pelada de yapa."

 

No puej lo que oí, bastante jué

y sin que nadie me ataje,

Y antes de que el sol se abaje

en Porongo me encontré.

 

Llegué como hecho el turista

cabalingo a la procesión

Que jué muy güena ocasión

pa poder pasar revista.

 

¿Qué será que las devotas

sean de cualquier lugar,

por una que es regular

hay unas veinte chototas?

 

Una encontré medio, medio...

aunque bastante gordita,

la cara si, muy bonita,

lo demás ni pa' remedio.

 

Le jice pa' su ganbeta

y ella jué puro sonrojos,

¡Haiga visto usté esos ojos

que servían de receta!

 

Y pa' dejárselos descritos,

como ejpresión no dispongo,

eran sus ojos grandongos

como un par de güevos fritos.

 

Este piropo janucho

le despaché a la pelada:

"este me dá el juego e' su mirada

para encenderme yo este pucho."

 

Por poco de allá me escurro

al ver que se encororó

y su boca e pororó

contestába: "No seaj burro!"

 

Pero ej como dice el refrán

que el burro consigue todo

por persistir a su modo,

yo continué con mi afán.

 

La tenía ya media controlada,

y ya esa noche ya jué poqui!

mas despues en el foqui-fofoqui

se le acabó la burreada.

 

Así empezaron, no miento,

a florecer los camotes

y a esperar que de mis trotes

saliera su rendimiento.

 

La mujer que entrega entero

al hombre su corazón,

es digna de compasión

porque el hombre es muy matrero.

 

Y aunque el mal es la cosita

que hace perder la concencia,

sin mirar las consecuencias,

ahí nomás me dió una cita.

 

"El viojoso no va a estar"

me dijo, y que no aparejca

hasta dispués que anochejca

sin ser visto en el lugar.

 

Tras la noche tiñó

me juí caminando a gatas

a esperar entre unas matas

que habían e' macororó.

 

Aguardé pa' su hora antera

más larga que una cuaresma

y dejle yo ahi en la mesma

espiando pa la tranquera.

 

Aburrido y aguazapao...

al final salió la gorda

gritándome: "Sursum corda,

que ya taita se ha marchao"

 

Crucé sunchándome

el cuero en un cerco de cuguchi

mas contento que un tiluchi

cuando pasa el aguacero.

 

Pero el mal puej nunca dura

cuando se tiene una rana

que le haga sana-sana

encima e' la matadura.

 

Al decirle que la amaba,

ella contestó: "Ja jay!

vos sos de lo que no hay

y a mi me creés una taba"

 

Yo le dije: "Estoy perdido

por tu boquinga e' melao"

y me dice: "Malcriado,

me estás rompiendo el vestido"

 

"Y decime si no eras vos

la que queríaj este encuentro".

Y me dice: "Ejtej vamos pa' adentro".

Yo le dije: ¡Cómo no!.

 

Así como se lo cuento,

le saqué hasta las zapatillas

y noj juimos en puntillas

hasta dar con su aposento.

 

Cuando en eso Bororón!

el viejo se había volvío,

yo salí como escupío

disparando pal canchón.

 

Atropellé en mi carrera

una saba de barreno,

matí la pata a un chipeno

y me enredé en una estera.

 

Y encima e' los encontrones

que a cada paso me daba

a una perringa llevaba

prendidinga de mis garrones.

 

Al verme tan acosao,

a un jorno me juí a meter...

y de ande puej yo iba a saber

¡que esa tarde habían jorneao!

 

Un infierno, viera usté,

lo que le cuento no es nada,

jedía a carne quemada

por poco me achicharré.

 

Y aquí se acabo el bailongo

porque nunca más volví

a cruzar el Piraí

pa' llegar hasta Porongo.

 

#CambaFlorencio #LeyendaCruceña

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