Notó que alguien la cogía de la cintura. Se giró, era él que le sonreía con una mirada pícara.
Sonrió intentado hacerlo de la forma más sensual posible.
Él, con la mano que la tenía cogida de la cintura, la apretó contra su miembro.
Se acomodó para asegurar que le quedara entre las nalgas.
Los dos estaban sudando.
Sin saber muy bien cómo, de pronto tomó conciencia de que estaba por llegar a su parada.
No supo qué hacer, no quería parar, no quería separarse.
Tenía que pensar algo… rápido.
Poco antes de la parada se giró para mirarlo con un gesto entre invitación y súplica.
Él la atravesó con la mirada.
Juntando todo el valor que pudo, alcanzó a decir:
—Me bajo en la siguiente.
Él, bajando la cabeza para que quedara a la altura de su oído, contestó:
—Yo también.
Como no podía ser de otra manera.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Vaya lugar!...Mi sitio más extraño fue en un funicular.
ResponderEliminarAbrazos Chaly