miércoles, 25 de noviembre de 2009

El tauromáquico (cuarta entrega)

Continuando, volvemos al principio de esta historia cuando los arcillosos fueron expulsados del edén, (Cuando se dice: “hombre de arena” se está refiriendo a un ser que no es arcilloso, ni limoso; tal vez un hibrido o cualquier otra mierda). Si ustedes analizan con clarividencia, el hecho del despojo del edén se darán cuenta que allá, no hubo ni verdad, ni imparcialidad, ni mentira, ni justicia, (volviendo al hombre de arena, ustedes sabrán bien que sobre la arena no se puede hacer agricultura, que ninguna planta prospera en un arenal; en cambio en una arenal prosperan las mujeres en bikini mostrando sus culos y sus tetas y así llegamos a la conclusión que se llama hombre de arena a aquel hombre que no prospera en el trabajo diario ni en la familia, pero si prospera teniendo a su disposición culos y tetas, siempre que viva cerca del rio, del lago o del mar; en cambio si se va al Sahara, allí se va a la mierda) El edén o paraíso es un lugar paradisiaco que se encuentra ubicado allá en el fondo de la imaginación del hombre y es un lugar donde todo existe, menos el trabajo. La religión con su jodienda dice que allí tampoco existen los sexos y con eso de un plumazo eliminan uno de los mejorcitos placeres, pero lo que la religión no ha sabido discernir es el haber estudiado la forma de eliminar la envidia y el rencor y con estos dos presentes aunque los seres sean asexuados no habrá paraíso, peor edén y a la mierda nuestro rinconcito imaginario.
Muchos siempre estamos propensos a las palabras mierda y gran puta (¡la gloria del mundo!), y los expresamos muchas veces simplemente por qué nos viene a la mente en el momento de furor, si supiéramos estar calmos aún en los momentos de gran pavor, de gran empotramiento, de gran excitación y de un grandísimo orgasmo, posiblemente elegiríamos palabras más redundantes y de mayor provecho para los oídos para los cuales son proferidos; por lo tanto, debemos estar alerta y pensando en epítetos sustanciosos, en vez de estar pensando en ganar dinero: ¡que ese negocito! ¡qué ganaré treinta por ciento!, o estar pensando en el regalo de cumpleaños; o ¿dónde la llevare a cenar? ó ¿será fácil? Esas son huevadas, el hombre (¡si es hombre!), deberá estar siempre listo para lanzar el epíteto más sustancioso de la prosaica variedad que tenemos en nuestra lengua (de nuestra boca), por lo tanto deberá estar alerta, con sus intuiciones erectas (en realidad tener todo erecto), estar en guardia, con los puños crispados, las cejas altaneras y el asterisco fruncido (nunca sabremos por donde llegará el ataque), de esta forma usted será respetado, honrado por sus vecinos y odiado por sus amigos, si usted se pone desde este momento en guardia su autoestima subirá un trescientos por ciento, su ego será tan insoportable que nadie lo querrá, pero eso sí: ¡será respetado!; Y el respeto es lo que siempre busco el hombre, todo comenzó….. .

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