miércoles, 25 de noviembre de 2009

El tauromáquico (quinta entrega)

En la torre de Babel, allí en busca de respeto el hombre comenzó a fabricar ladrillos y todo el mundo lo saludaba y decía: ¡allá va el hombre de los ladrillos! luego en busca de más respeto surgió la idea de hacer una torre y de esta forma nació el respeto al arquitecto, al ingeniero, al capataz, al maestro, al primer ayudante y al segundo ayudante, los peones y los mirones (estos últimos no eran muy respetados), como el respeto se hizo popular, entonces el arquitecto y el ingeniero comenzaron a hablar en griego (unos al oír un idioma que no parlan se quedan con la boca abierta; otros aparentan entenderlo haciendo movimientos de cabeza y sonrisas bobaliconas y los últimos se miran entre sí y se rascan los huevos los que tienen, los que no, se rascan la cabeza ), el capataz y el maestro en hebreo; el primero y el segundo en arameo, los peones para no quedar atrás utilizaron el latín y los mirones castellano. Así al fin la cosa comenzó a funcionar la obra avanzaba como nunca y hubieran llegado hasta el cielo, pero no se pudo lograr ese objetivo, los hoplitas estaban bloqueando el paso de termopilas y el cemento portland durmió en el valle de los dinosaurios. Cuando dos o más personas hablan idiomas diferentes, todo avanza más rápido que hablando la misma lengua. Si Sir Gleystone en Londres entablaba relaciones formales con Lady Churchill, las cosas hubieran tardado mínimo seis años; en cambio allá en la selva de Borneo, Tarzán (el hombre mono) cuando encontró a Jane (Lady Churchill), se la llevo al árbol y asunto concluido, allí nació Chita. Como ve Babel significo un avance en las relaciones sociales, técnicas y económicas, si no lo creen, explíquenme porque nuestros mercados están llenos de productos chinos.
Había una jovachona que tenía por costumbre vestir una pollera colorada. En cierta ocasión su madre le dijo que la abuela estaba trancada y que hay que ponerle enema. Ella iba por el camino más corto que corría largamente en el bosque. Él al verla se escondió y se dijo: -a esa me la voy a comer- e imagino que seguramente iba donde su abuela así que se fue corriendo a la casa de la vieja, una vez allí se disfrazo y el bocado llegó a la casa y tocó: tic tac y él preguntó: ¿Quién es? -La Pampita- Pase mijita- una vez dentro mirando, la pánfila preguntó: ¿Que grandes y hermosos ojos tienes? -son para apreciarte mejor- ¿Que nariz tan grande? -son para olerte mejor- ¿y las orejas grandes? –todo lo tengo enorme mijita- ¿y los pies, también?-¡todo es grande! Colorín colorado, realmente ella gozó. (Cuento corto para hacer dormir a la otra esposa de otro)

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