256: OBLIGACION HACIA LOS COPUCHENTOS

Las esposas tienen la obligación de proporcionar a sus esposos todo lo que por derecho les corresponde para satisfacer sus necesidades básicas tales como comidas sabrosas, vino importado, un rincón para dormir, y esencialmente amor, que es lo que jamás les debe faltar.

Los esposos (léase: amante, pareja, aparcero, machucante), necesitan sentir, muy dentro de ellos, que sus féminas los están preparando para que afloren sus capacidades y pueden lograr todo lo que deseen ser.

En los primeros meses del casorio (léase: emparejamiento, bigamia, concubinato), reciben muestras de afecto como: abrazarlo y darle besos y variadas caricias. Cuando la relación se estabiliza los copuchentos necesitan el mismo contacto físico. Es una necesidad que nunca disminuye. Solo cambia la forma de expresar el amor.

Las féminas deben dar a sus copuchentos, durante toda su existencia, amor genuino. Esto significa que se los debe acariciar y hablarles con palabras sinceras y afectivas. Frases como “te quiero”, ”tienes una lengüita picara”, “eres un copulador maravilloso”, “te amo con todas las fuerzas de mis ovarios”, “eres cachondo e irresponsable”, “haces tus cosas tan bien” y otras expresiones parecidas deben repetirse en forma constante.

A los copuchentos que se les toca, se les abraza, se les chupa, incluso cuando están durmiendo, se les ayuda a desarrollar seguridad en sí mismos.

Mientras más amor recibe, más amor tendrán para dar. Los problemas de comportamientos como poner cuernos y actuar de manera detestable aparecen en los cojonudos a los que les falta el amor de sus prójimas.

Las personas que se sienten amados no tienen el más mínimo impulso de abusar de las demás.