miércoles, 26 de abril de 2017

945: don Melquiades

−El problema es la mujer. Siempre la mujer es el problema. Y aunque resulte sorprendente, de viejas es cuando más problemitas arrastran. Porque cuando la mujer es vieja se quiebra con facilidad y es uno el que debe adaptarse a su sensibilidad. Sí, es así, aunque no lo crean. Pero cuando la mujer es joven hay que estarle encima, no tirar demasiado de la piola porque si no, hay que cambiarla y cuando se llega a cierta edad los cambios no son buenos.
Uno desearía estar siempre con la misma mujer, ya se conocen sus mañas, sus dimes y diretes y además porque siendo joven hay que op­timizar lo poco que te queda de su compañía.
Y aunque les parezca mentira esta mujer hace 20 años que me acompaña. Ya no vienen así. Las mujeres de hoy ya no son tan fieles.
Miren pascualitos, yo sé que a los jóvenes les perturba obcecadamente que un viejo los atosigue con palabras pacientemente reflexionadas, señales, vocablos que ellos, ustedes en este caso, juzgan como un consejo lanzado al azar por el simple beneficio que me otorgaría la edad. Pero sepan que lo que estoy diciendo no se trata de ningún consejo y no está dirigido a ustedes ni a nadie. Lo que estoy diciendo lo digo porque simplemente tengo ganas de decirlo.
Porque sucede que lo que resulta azaroso en este preciso instante es vuestra presencia aquí. Fueron ustedes los que se acercaron, yo no los convoqué frente a mi silueta, así que nada de juicios a la ligera con respecto a la fijación de las ideas porque si no… el jeep se para y no arranca. ¿Estamos de acuerdo?
− ¿Así ve usted la actualidad?
− ¿Usted se refiere a la actualidad aislada de su pasado? Es decir, ¿con autonomía suficiente de vuelo como para mantenerse a flote por peso propio? ¿O se refiere a una ac­tualidad como continuidad de un pasado en donde se mez­clan las vertientes que supieron desarrollarse por sí mismas más allá de un par de sociólogos poco serios?
−No entiendo su cuestionamiento.
−Entonces preferiría que hiciéramos un múltiple choice.
− ¿Qué ganaría con eso?
−Que ustedes entiendan.
−Nos está ofendiendo.
− ¿Su ofendimiento es mayor que su ignorancia? ¿O fifty-fifty?
− ¿Podemos continuar?

−De acuerdo. Pero relájense.

8 comentarios:

  1. Pues tienes razón en lo que dices, aunque siempre habrá gente que discrepe; pero eso es bueno. Magistral la cita que encabeza esta entrada.

    Abrazo compañero.

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  2. Desde el principio me has puesto en contra al decir que "el problema es la mujer"

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  3. Qué difícil es opinar sobre eso, pero es verdad, nadie me llamó.
    Saludos.

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  4. El problema siempre, siempre es la mujer y de viejas... uno debe adaptarse a su sensibilidad. Vaya, pues bien empezamos. ¡Ah! Que la tuya no es así, No será la única, digo yo. Bueno, ya me va gustando.
    ¡Jajaja! Con mucha ironía.
    Saludos

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  5. El problema siempre, siempre es la mujer y de viejas... uno debe adaptarse a su sensibilidad. Vaya, pues bien empezamos. ¡Ah! Que la tuya no es así, No será la única, digo yo. Bueno, ya me va gustando.
    ¡Jajaja! Con mucha ironía.
    Saludos

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