domingo, 20 de mayo de 2018

0208: sonrisas domingueras

Un matrimonio estaba celebrando su 50 aniversario de boda, por eso decidieron volver al pequeño pueblo donde se habían conocido.
Sentado, en la cafetería, junto a ellos estaba el policía local que sonreía mientras ellos hablaban…
-¿Recuerdas la primera vez que hicimos el amor? Fue sobre ese prado que está al otro lado de la carretera… cuando te puse contra la reja
-¿Por qué no lo hacemos otra vez por los viejos tiempos?
Salieron del café y cruzaron hasta el prado. El policía se sonrió, pensando cuan románticos eran, y que lo mejor sería que les echase un vistazo a la pareja, por si acaso se hacían daño. El viejecito tomó a su mujer cuando estuvieron desnudos y la apoyó contra la reja. El policía, que seguía mirando, no podía creer lo que veía. Con la vitalidad de una jovencita, la mujer se movía violentamente arriba abajo, mientras el marido se convulsionaba como un salvaje.
Siguieron así durante un buen rato hasta que los dos cayeron al suelo, totalmente exhaustos.
Más tarde el policía se acercó y les dijo:
– Ha sido la forma de hacer el amor más sexy que he visto en mi vida… Ustedes debieron ser una pareja muy salvaje cuando eran jóvenes
– No… realmente, cuando nosotros éramos jóvenes, esa reja de mierda no era eléctrica

Un viejito va al médico a preguntarle si puede tener hijos con su esposa de setenta. El médico le da un tarrito y le dice que le traiga al día siguiente una muestra de semen.
Cuando vuelve, el viejito le dice:
– Doctor, no he podido traerle la muestra de semen.
– ¿Lo ha intentado?
– Sí, Doctor. Primero con la mano derecha, después con la izquierda. Luego lo intentó mi esposa, primero con las dos manos y luego con los dientes,  pero no hubo forma… ¡No pudimos abrir el tarrito….!

- Tú... ¿Qué piensas de las mujeres cuando tiran con nosotros?: ¿Lo hacen por amor o por interés?
- La mía lo hace por amor....
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Porque lo que es interés, no pone ninguno.

Iba un viejito por el bosque cuando escuchó a sus pies una débil voz. Se agachó y descubrió que quien le hablaba era una ranita:
-Soy una princesa hermosa, erótica y sensual, diestra en todos los placeres de la carne y el amor. La reina mala, envidiosa de mis encantos, me convirtió en rana, pero sí me das un beso, volveré a ser quien era y te daré todos los goces y deleites que mi voluptuoso temperamento y mi ardiente concupiscencia pueden producir.
El viejito levanta la rana y se la echa en el bolsillo.
Asoma la cabeza la ranita y le pregunta muy desconcertada:
-¿Qué? ¿No me vas a besar?
-¡No! A mi edad es  más divertido tener una rana que habla, que una maniática sexual. 

4 comentarios:

  1. Jajaja buenísimos, todos buenísimos, vaya tela con los viejos. Sobre todo me gustan en especial, el primero y el último.

    Abrazo.

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  2. Son buenísimos Chaly, buenísimos.

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  3. Me arrancaste sonrisas en todo el tiempo que leía tus ocurrencias. Son geniales. :)


    Besitos y feliz día

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