El hombre, en su despacho,
recordó el viejo dicho “Año Nuevo, vida nueva”, y prometió cambiar con el nuevo
año que se iniciaba. Tomó una hoja y un bolígrafo, respiró profundamente,
exhaló y comenzó a anotar, una lista de propósitos que cumpliría desde el
primer día del año nuevo.
Prometo no fumar, se
dijo, y antes de anotarlo apagó el cigarro en el cenicero de cristal.
Prometo no beber. Miró la
botella de Buchannans y aseguró que sería la última botella que compraría.
Prometo no decir mentiras
y decir la verdad aunque no me convenga. Sonrió.
Prometo trabajar durante
doce horas del día y no perder el tiempo en jarana con los amigos.
Llegar a casa a las seis
para dedicar tiempo a mi mujer y a mis hijos. Ensanchó un poco más la sonrisa
inicial.
Prometo no mirar a las
chicas hermosas que cruzan por mi camino. Estuvo a punto de borrar esto pero
resistió la tentación.
Siguió anotando.
Prometo asistir a misa
los domingos y confesarme una vez al mes... Sonrió con beatitud.
Prometo pagar mis cuentas
y no retrasarme con las facturas.
Prometo hacer ejercicios y
correr por las mañanas a las 6 am.
Prometo salir de
vacaciones con mi esposa la primera semana de enero. Recordó que debería
recoger los boletos al día siguiente a primera hora; ¡la sorpresa que se
llevaría su esposa!
Estaba por anotar la
siguiente promesa cuando entró una llamada por su móvil.
-¿Hola? Hombre, ¡menos
mal que te encuentro! Te cuento que Carmiña y amigas han organizado una fiesta
de fin de año en su hacienda, te he anotado en la avioneta de Celso para que
volemos al Parapetí.
-Cien por ciento de
acuerdo- contestó eufórico tachando dos promesas de su lista.
- Imagínate -siguió el de
la voz-tres días entre las rubias y la que ya sabes me ha pedido que te salude
de su parte...
El hombre recordó quién y
volvió a tachar otras anotaciones.
-Tres días de vino,
cerveza y buena mesa -seguía la voz- y eso sin contar lo demás.
Tachó el resto al
recordar lo demás.
-Qué buena manera de
comenzar el año, ¿no te parece, amigo?
Arrugó el papel y lo
arrojó al cesto de la basura.
-A propósito, ¿qué estás
haciendo ahora?
-Nada -contestó con
indiferencia-, aquí, matando el tiempo en tonterías...
Les deseo que sus metas y
anhelos hagan de este 2020 un año de alegría, de amor y prosperidad.
Un abrazo.
Lo mejor en el 2020 también para ti, Chaly.
ResponderEliminarUn abrazo.
Debiéramos hacer un "mea culpa"Chaly, de las promesas incumplidas que a lo largo de nuestras vidas nos hemos hecho.Creo que, salvo excepciones, estaríamos al debe.
ResponderEliminarFeliz 20 20. Suena bien.
Era muy triste y muy negativa la lista, daban ganas de no empezar el año!!
ResponderEliminarFeliz año nuevo!!!
ResponderEliminarEsos propósitos siempre se hacen, lo malo es que no suelen cumplirse.
ResponderEliminarFeliz 2020 Chaly
Un abrazo
Puri
Jeje, real como la vida misma.
ResponderEliminar¡Feliz 2020!
Mas que propósitos te deseo que lo que a tu corazón hace feliz se cumpla
ResponderEliminarfeliz 2020
besitos
Bah los propósitos para lo que sirven es para recordarnos lo que dejamos de hacer y nunca haremos.
ResponderEliminarUn buen año para ti Chaly.
Un beso
Muy buena representación de la triste realidad, duran muy poco los buenos propósitos, aunque lo de tu protagonista se lleva el premio gordo, normalmente nos duran unos días.
ResponderEliminarDeseo que hayas empezado el año colmado de alegría.
Besos.