Preguntan a un chino en el aeropuerto:
-¿Cuál es su nombre?
-Estornudo
-¿Cómo que estornudo? ¿Me está tomando
el pelo? ¡Haga el favor de decir bien su nombre!
-Mi nombre en chino es Ah Shu.
Un fumador empedernido leía
constantemente noticias relativas al daño que produce el cigarro.
Finalmente, estaba tan asustado, que
dejó de leer.
Un hombre cuenta los bultos en el tren
para no olvidar ninguno: "cuatro, cinco, seis, mi mujer siete, mi hija
ocho y yo nueve".
También puede tener gracia hilarante una
simple afirmación irónica que simula ser un proverbio:
Se nace cansado y se vive para descansar, diría un holgazán.
No hagas hoy lo que puedas hacer mañana (donde
hay una antítesis).
Si quieres trabajar, siéntate y espera a que se te pase.
Es bueno dejar el trago...lo malo es no recordar dónde.
¡Hay amor, cómo me has ponido, seco, flaco y descolorido!
Aunque todos somos del mismo barro, no
es lo mismo bacín que jarro.
El que no corre no alcanza y el que
corre mucho se cae de panza.
Ora sí, violín de rancho, ya te agarró
un profesor.
Me canso y danzo, dijo el zancudo cuando
volar pudo.
El que nace pa' tamal...nunca ta' bien.
Y son ejemplos donde reina la ambivalencia: tamal = especie
de empanada de harina de maíz y estar mal.
Y pueden parecerse al principio de un
cuento, aunque sea muy breve:
Esta era una pulga, tan rica, pero tan
rica, que tenía su propio perro.
Unas pulgas celebraban una fiesta en la oreja de un perro. De pronto, bañaron al perro y se aguó la fiesta.
Hábil medida del fumador.
ResponderEliminaruna enialidad
ResponderEliminarabr5azos