No
son los males violentos los que nos marcan, sino los males sordos, los
insistentes, los tolerables, aquellos que forman parte de nuestra rutina y nos
minan meticulosamente como el tiempo.
El
insomnio es una lucidez vertiginosa que convertiría el paraíso en un lugar de
tortura.
Para
usted que ya no la tiene, la libertad es todo. Para nosotros que sí, es
meramente una ilusión.
Estamos
todos en el fondo de un infierno donde cada instante es un milagro.
Nuestros
rencores derivan del hecho que, permaneciendo por debajo de nosotros mismos, no
hemos sido capaces de alcanzar la meta. Esto nunca se lo perdonamos a los
demás.
Vivo
únicamente porque puedo morir cuando quiera. Sin la idea del suicidio, si no
fuera por la posibilidad del suicidio, ya me habría matado.
Cuantas
menos esperanzas tenemos, más orgullosos nos sentimos, hasta el punto orgullo y
desesperación se desarrollan a la vez.
Contra
la obsesión de la muerte, los subterfugios de la esperanza se revelan tan
ineficaces como los argumentos de la razón.
Vago
a través de los días como una puta en un mundo sin aceras.
Podemos
estar orgullosos de lo que hemos hecho, pero deberíamos estarlo mucho más de lo
que no hemos hecho. Ese orgullo está por inventar.
Cuanto
más leo a los pesimistas, más amo la vida.
Existe
en la estupidez una gravedad que, mejor orientada, podría multiplicar el número
de obras maestras.
El
hecho de que la vida no tenga ningún sentido es una razón para vivir, la única
en realidad.
Una
obsesión vivida hasta la saciedad se anula en sus propios excesos.
El
valor más difícil, que es especialmente necesario para los débiles, es el valor
de sufrir.
Los
días no adquieren sabor hasta que uno escapa a la obligación de tener un
destino.
¿Qué
sería de nuestras tragedias si un insecto nos presentara las suyas?
Interesantes citas. Gracias por traerlas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sabiduría pura, es un poco autocastigarse por un pasado que no se puede cambiar y que además así tenía que suceder. Gracias por tus letras,te dejo un abrazo fuerte.
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