sábado, 14 de junio de 2014

373: «UN LEÓN JOVEN ATACA CON MAYOR RAPIDEZ Y CUANDO MENOS LO ESPERAS»

Ayer acabó la relación que se consumó 385 días, 4 horas, 20 minutos, 6 segundos y 4 décimas. Y lo hice pensando en ella. Su familia había depositado en mí todas sus esperanzas por días mejores y a ella la zarandeaban exigiéndole que las haga realidad, con lo que se confirmó mi vaticino, en que jamás hay que meter en el mismo saco la relación y las familias.

Ella, muy noble y generosa, se dio cuenta de su error. Es que muchos queremos a nuestras familias y ese amor nos ciega respecto a sus ambiciones, sus apetitos… su egoísmo. El despertar a esta realidad, no es doloroso –como algunos podrían creer. Porque al fin y al cabo es nuestra familia y terminamos comprendiéndola y haciéndonos parte de la misma.

Nuestro amor, igual que Romeo y Julieta, cayó en un ámbito grotesco y jocoso.
Ambos gozamos del ultimo tiroteo como el final de una película de acción y nos despedimos con un agitar de pañuelos blancos para darle un sabor romántico.

Y a mí no me quedo más remedio que enrolarme con la rica heredera.

2 comentarios:

  1. Duró más de un año, todo un prodigio en estos días. Siempre hay un consuelo a mano... y si es heredera, mejor.
    Besos, Chaly.

    ResponderEliminar
  2. Duradera para estos tiempos de amores desechables.

    Beso

    ResponderEliminar