sábado, 27 de agosto de 2016

724: FRedo y QUina

— ¿Qué hago, Gustavo? ¿Recibo a Fredo? ¿Le hago pasar?
—Hazlo pasar por las armas
—Te hablo en serio.
— ¿Me hablas en serio? ¡Pobre amigo! Te veo en la pendiente de la estupidez.
—Cuando Fredo viene a verme es que le sucede alguna desgracia, que se le ha muerto alguien o que Dios le ha concedido talento de pronto.
—En ese caso, ordena que pase. No hay nada tan divertido como las desgracias ajenas.
Fredo entró a destiempo; es decir, entró en el momento que la Gillette Prestobarba Excel me producía la desolladura máxima. Así se explica que cuando él dijo:
—Buenos días.
Yo le contesté:
—Hum...
Y agregase un «¡hola!» tan frío que Gustavo estornudó. Fredo se volvió al oír el estornudo y vio a Gustavo; no debió hacerle mucha gracia la presencia de éste, porque arrugó la nariz en ese gesto que puede traducirse por: —Me emputa que esté aquí este tipejo.
Pero yo me adelanté a Fredo y le dije:
—Este señor es Gustavo, hombre de toda mi confianza, uno de los pocos amigos que sabe hacer malabares con una esponja, en imitar a La Voz y a una mesa de ping pong. Puedes decirme lo que quieras con toda libertad, porque Gustavo es incapaz de revelar un secreto.
Esto pareció darle tanta confianza a Fredo que avanzó un paso, abrió los brazos y se echó en los míos; como la cosa me pilló de sorpresa, no pude rehacerme y me caí de espaldas en la cama arrastrando en mi caída a mi amigo.
Realmente, allí estábamos más cómodos que en ningún otro sitio, y por eso exclamé sin moverme:
—Dime lo que te sucede, Fredo. Desahógate en mí.
Fredo se limpió dos lágrimas y se sonó tres veces.
—Pues bien, querido amigo. Vengo a hablarte de Joaquina. ¡Yo no puedo seguir así! ¡Yo voy a pegarme un tiro!
—Por Dios, Fredo. No me hagas concebir esperanzas. ¿Qué le ocurre a Joaquina?
— ¿Quién es Joaquina?
—Joaquina es mi señora, señor.
—Soy muy desgraciado Joaquina es muy coqueta.
—Coqueta, ¿y en qué sentido?
—En todos los sentidos. ¡Ah! ¡No sabes el tormento que es mi vida! Quina tiene la diabólica condición de mirar a todos los hombres que pasen a nuestro lado. Entorna los ojos, ladea el rostro, alarga la barbilla como si la apretase el collar de perlas y sonríe dulcemente. Cuando el transeúnte a quien miró ha pasado ya, Quina vuelve a medias la cabeza y torna a mirar de un modo lánguido.
— ¡Caray!
Me levanté de un salto. Gustavo, en cambio, a pesar de que estaba tan asombrado como yo, hizo todo lo contrario; esto es, quedó sentado.
—Ella me jura y me perjura que lo hace sin intención deshonesta, que no la impulsa a ello otro fin que averiguar si los transeúntes llevan o no dentadura postiza.
— ¡Diablos! Y cuando vuelve la cabeza para mirar a los transeúntes de espaldas, ¿también es por averiguar si llevan dentadura postiza?
—Eso le digo yo
— ¿Y qué te responde?
—Dice que mira hacia atrás sólo para enterarse de sí viene algún ladrón con ánimos deshonestos. La entrada con ella en un sitio público: toma dimensiones de catástrofe. Abre la puerta, se detiene en el centro del salón y permanece diecinueve minutos lanzando en su torno el chorro de la mirada. Esto me pone en evidencia; en algunas ocasiones la he preguntado: ¿Por qué miras así?, y ella no me contestaba. Anoche, sin embargo, me contestó: Es que no se halla aquí comiendo el Alcalde. ¡Ah! Es horrible... ¿Qué harías en mi lugar? ¡Di! ¿Qué harías?
Yo tardé en responder. Realmente no era una pregunta para contestarla de cualquier manera.
De pronto, Gustavo dijo:
—Tengo una idea.
—Sepárese usted de su mujer, Fredo... ¿No coquetea ella con los transeúntes? Pues bien, ¡hágase transeúnte!

11 comentarios:

  1. Jajajajajajaja, que sabiduria la de Gustavo ;)
    Besos

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  2. A grandes males, grandes remedios.

    Saludos.

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  3. Ese Gustavo es una chucha cuerera.


    Besos

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  4. Además de lo de "¡Hágase transeúnte!", lo que "No me hagas concebir esperanzas" es muy bueno.
    Un abrazo.

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  5. Sin dudahacerte transeunte es un buen plan, y me encantaria poder saber si resutaba esta idea. :)

    Besos y feliz Domingo :)

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  6. Practico y conciso... aajajaja

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  7. jajaja ay Chaly porfa

    que terrible eres jajaja


    besosssssss

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  8. He dejado de leer desde que "las desgracias ajenas son más divertidas", que mal gusto

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  9. Muy bueno el humor de este relato. Y Gustavo es un genio, le dio la mejor de las soluciones.
    Saludos.

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