jueves, 12 de octubre de 2017

068: “… dicen que te estas casando”

Me quedé mirando la foto de la invitación a la boda: Ella y el Otro formaban una pareja de película, algo que Ella y Yo nunca habríamos podido ser.
Sin embargo, habíamos creído que estábamos hechos a la medida: yo para ella; ella para mí.
Eso había sido en otra época, cuando nos conocimos, el día en que le salvé la vida. Fue en el rio Palacios. Yo tenía veintitantos años y estaba con Otra de vacaciones; Ella pasaba las vacaciones con sus amigos en la casa de veraneo de sus padres.
Si a Ella no le hubiera dado un calambre mientras nadaba y yo no me hubiera dado cuenta, seguramente nunca nos habríamos conocido. Y ella se habría ahogado. Pero nadé unos pocos metros hacia Ella, me sumergí y la saqué, casi inconsciente, a la superficie. Acudieron sus parientes en una lancha y nos subieron a bordo.
Ella volvió a abrir los ojos cuando ya estaba en la barca. Me miró con sus maravillosos ojos verdes y susurró fascinada: Tienes los ojos más tristes que he visto nunca
Y yo susurré: Gracias, igualmente

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