lunes, 11 de febrero de 2019

0240: Moralejas


LA HORMIGA Y EL SAPO:
Una hormiga va por el bosque y se encuentra un charco. Ante la imposibilidad de cruzarlo, espera por si pasa un animal que pueda llevarla al otro lado. En esto pasa un sapo que se ofrece... Y la hormiguita, le dice al sapo: 'No, no voy a cruzar contigo porque estas muy feo, tienes la espalda mojada y me voy a ensuciar!'. Cuando el sapo se va, la hormiguita divisa un grupo de pajitas, elige la mejor y decide subirse en ella, a modo de barca, para cruzar el charco. Cuando iba por la mitad del charco, un mal viento hizo que la pajita se hundiera y la hormiguita cayera al agua.
Moraleja: Más vale sapo feo que la mejor de las pajas

EL TORO Y LA MOSCA:
En una ocasión un toro estaba pastando tranquilamente en el prado, cuando de repente una mosca empieza a molestar alrededor de él. El toro utiliza su largo rabo para intentar espantarla, pero la mosca sigue molestando hasta que se coloca en la punta de su nariz. El Toro aprovecha, y de un lengüetazo atrapa a la molesta mosca.
Moraleja: Lo que no puedas acabar con el rabo, termínalo con la lengua

EL PALO Y LA CONEJA
Había una vez una conejita que iba por el bosque, cuando empieza a llover a cántaros. Busca refugio y encuentra un palo hueco, así que le dice: 'Palito, palito, Déjame entrar en tu hueco que me estoy mojando!', y responde el Palo: 'No te dejo, no hay espacio '. La conejita vuelve a insistir: 'Por favor Palito, que voy a pescar una neumonía!'. Y el Palo: 'Te he dicho que no!'. Llovía cada vez más, y la coneja estaba ya chorreando: 'Por favor Palito, que tengo mucho frio!!' insistía la pobre conejita. 'No, te lo repito una vez más, si digo que no, es que no' afirma con rotundidad el Palo hueco.
Moraleja: Cuanto más se moja la Coneja, más duro se pone el Palo

UNA RANITA Y EL TREN:
Una vez una ranita paseaba por una vía para trenes, y estaba tan contenta saltando de un Riel al otro que no vio que un tren se aproximaba a gran velocidad! Cuando se dio cuenta del peligro salto fuera de la vía pero fue demasiado tarde: el tren Le corto el culito. La ranita miro para atrás y grito: 'mi culito! donde está mi culito?', miró en Los rieles, ahí estaba su culito, y pensó 'no! Como voy a dejar mi traserito ahí botado en las vías del tren? No puedo dejarlo ahí! Ahora mismo voy y lo recojo!'. Dicho y hecho, la ranita salto de nuevo a los rieles a rescatar su culito y cuando lo estaba recogiendo vino otro tren y ZAS! le corto la cabeza
Moraleja: Nunca pierdas la cabeza por un culito

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