—Saucedo, vos te
preocupás por escribir, comentar, informar sobre lo que pasa a tu alrededor y,
porque no, más allá. A veces creés ser dueño de la verdad, pecás de ingenuo, y
hasta te animás a dar soluciones. Sos de esos soñadores desprevenidos que
enfrentan la realidad intentando cambiarla por sus fantasías.Te enojás, reís,
sos sarcástico y hasta te vanagloriás de ser ‘Políticamente Incorrecto’ que te
hace salir de la línea de pensamiento establecida y lo único que logra es
enojar gente. Repasá la letra del tango Cambalache. Ahí está todo dicho, no hay
que añadirle…
CAMBALACHE (Comercio
que vende cosas usadas, generalmente robadas)
“Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé.
En el quinientos seis y en el dos mil, también.
Que siempre ha habido chorros (ladrones) maquiavelos y
estafaos,
contentos y amargaos, barones y dublés (falsificación
grosera).
Pero que el siglo veinte es un despliegue
de maldá insolente, ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue (desorden) y en el mismo
lodo todos manoseados.
Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador…
Todo es igual, nada es mejor.
Lo mismo un burro que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón, los ignorantes nos han igualao.
Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura, colchonero, Rey de Bastos, caradura
o polizón.
Qué falta de respeto, qué atropello a la razón.
Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón.
Mezclao con Stravisky (famosos estafador húngaro) va Don
Bosco y La Mignon (prostituta)
Don Chicho (el Al Capone argentino) y Napoleón,
Carnera (mediocre boxeador) y San Martín.
Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se
ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache (gancho donde se colgaba el
papel higiénico)
ves llorar la Biblia junto a un calefón.
Siglo veinte, cambalache problemático y febril.
El que no llora no mama y el que no afana (roba) es un gil
(opa).
Dale, nomás. Dale, que va.
Que allá en el Horno nos vamo’ a encontrar.
No pienses más; sentate a un lao, que a nadie importa si
naciste honrao.
Es lo mismo el que labura noche y día como un buey,
que el que vive de los otros, que el que mata, que el que
cura, o está fuera de la ley.”
—Saucedo, estamos en el
año 2020. Hace 86 años Santos Discépolo describió exactamente el mundo en que
vivimos, me atrevo a sugerir que en el 2106 seguirá igual.
—No seas pesimista, va a
estar peor.
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