—¿Usted es pariente cercano de la
señora?
—¡No! ella creo que tiene… un hermano o
hermana… por ahí
—¿Usted la trajo a nuestra clínica?
—Por pedido de ella, yo quería llevarla
a otra clínica mejor, ¡pero quien pelea con alguien que se está muriendo!
—Ella no se está muriendo
—¿Así? ¡Qué bien!
—Pero usted viene todos los días a
visitarla y le compra sus remedios. Sino es un pariente cercano ¿Qué es usted
de ella?
—Soy el padre de sus hijos y el abuelo de
sus nietos. Simplemente… un socio. Pero no soy pariente de ella
—¿Usted se casó con ella?
—Sí, pero fue porque el abogado nos dijo
que se necesitaba ese documento para arreglar un asuntito de una tierritas que están
en litigio. Como usted ve, un pésimo defensor, un buen aboganster nos hubiera
evitado ese disgusto.
—¿Usted pagara el tratamiento?
—Desde luego, yo cubriré con lo que me
corresponde: el cincuenta por ciento
—¿Y el otro cincuenta por ciento?
—Ella, desde que nos conocimos y andamos
juntos en el negocio de la vida, cada uno paga lo que le corresponde.
No está mal la cosa.
ResponderEliminargenialidad viene de genial
ResponderEliminarabrazo