jueves, 9 de mayo de 2024

0856: LOS REGALOS NO HABLAN

 Sentado a la entrada del granero, desgranaba mazorcas un campesino.  Hasta ahí́ llegó su pequeño hijo y preguntó:

-   ¿"Tata,” le ayudo?

Sin levantar la vista, contestó

- ¿Ya hizo su tarea?

- "Sí, Tata".

- ¿Metió los chivos?

- "Sí, Tata".

- ¿Recogió los huevos?

- “Sí, Tata”, tres canastas…

- ¿Acarreó el agua?

- "Sí, Tata", llené tres baldes…

 - ¿Llevó la leña que corté a su mamá?

 - "Sí, Tata", dos viajes de burro…

- Está bueno, ándele pues, desgrane.

Sentado y en silencio el niño comenzó́ a desgranar. Casi terminaban y el pequeño preguntó:

- ¿Tata, me da permiso de hablar con usted?

- Claro "Mijo". ¿Para que soy bueno?

- "Tata" Es que mi amigo Remigio le regaló a su Tata una camisa linda…

- Mmm, ¿El que no ayuda en nada a sus Tatas?

- "Sí, Tata".

- Mmm, ¿Y luego?

- Mi amigo Jacinto le dio a su Tata un sombrero de piel negra, muy bonito…

- Mmm ¿El que no lleva tareas?

- "Sí, Tata", ese…

- Mmm, ¿Y luego?

- Toribio le regaló a su Tata unos zapatos de piel…

- Mmm, ¿El que lo agarraron robando huevos?

- ¡Sí “Tata” ese!

Y así́ el niño le fue diciendo lo que sus amigos habían comprado a sus papás. Al final el papá preguntó:

- ¿Y cuál es su preocupación "Mijo"?

- Es que yo estuve juntando para darle un regalo a usted, pero al cruzar por el puente colgante, se me cayó al rio la bolsita con el dinero y pues, no tengo para su regalo…

- ¿Y eso le preocupa "Mijo"?

- "Sí, Tata", porque hoy es el día del Tata y yo quería darle a usted un regalo…

- Despreocúpese "mijo", los regalos no hablan, no obedecen, no ayudan. Se desgastan y se tiran, yo no soy su "Tata" porque me dé un regalo. ¡No!,"Tata" lo soy porque lo tengo a usted. ¿Para qué quiero regalos? Yo le aseguro que todos esos "Tatas", quisieran tener un hijo así como usted, obediente, respetuoso, cariñoso. Pero no lo tienen, ¡lo tengo yo y es mío! Y no lo tengo por un día. ¡Lo tengo por muchos años! ¿Para que quiero regalo de un día, si usted es mi mejor regalo?.

Aquel niño conmovido se acercó́ y lo abrazó. Empezó́ a llorar diciendo:

- “Tata, Tata… Gracias por ser mi Tata"…

- No “Mijito”, Gracias a usted por ser "Mijo"…


2 comentarios:

  1. Bonito relato y es que ya son escasos los niños o jóvenes con los valores en el corazón. Cada vez menos.
    Abrazos Chaly

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  2. Una preciosidad de relato.
    Un abrazo.

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