domingo, 2 de agosto de 2020

0475: La telechupa


Mi pantalla se iluminó con cuatro cuadrículas que contenían las caras de mis cuates.
Y así estábamos juntos de nuevo.
“¿Cómo es cojudo?, tanto tiempo”, me dijo el Cháchara, a quien no veía desde hace mucho como para poder advertir su barba crecida. Y también lo vi a Manú, que seguía igual, lo mismo que Pochito y no tanto así Logan, que se mostraba canoso y arrugado seguramente al mismo nivel que yo. Y fue una alegría contemplarlos, aunque fuera a través de la pantalla. 
“A ver, ¿qué se han comprado?”, preguntó de entrada Manú, mostrando una enorme botella de ron, a quien le siguió el Cháchara con un buen singani del sur boliviano, Logan con sus botellas de vino extranjero, yo con mi caja de chelas y Pochito que mostró una botella de agua mineral, haciéndonos reaccionar a todos: “Yaaaaa, ¿qué pasa pues?”, lo encaró Manú, mientras el Cháchara servía afanado su vaso de chuflay. “No voy a chupar, hermano. El otro día le he dado duro y me he deprimido el doble con este encierro”, “Yaaaa, bien huevón”, le reprochó Manú, a lo que Logan salió con un “se respeta, hermano, pero bien que estés en la reunión”.
Así fue que empezamos nuestra consternada charla preguntando por todo y nada, el trabajo, la casa, la familia, las ñatas; todo con un gran salud-seco de por medio. Mis amigos me estaban devolviendo a la vida, y la emoción y nostalgia, más la prolongada abstinencia, nos estaban embriagando en contados minutos. “¡¡Yaaaa!!”, por un lado, “¡¡yaaaa!!”, por el otro, los brindis al chocar los vasos contra la pantalla habían convertido nuestra reunión virtual en una romería de risas y recuerdos.
El Cháchara, ocurrente como siempre, empezó con el “pucacapa calcatrepe”, que no jugábamos hace años, para designar una canción empezando por la derecha y que todos disfrutemos. De esa manera sonó Michael Jackson para Manú, el Pochito que eligió Soda Stereo, Logan con su romántico Luis Miguel, yo que elegí Deep Purple y el Cháchara que bailó con Ráfaga; en realidad, a esa altura cada uno se movía en solitario con los diversos ritmos con los que habíamos crecido y disfrutado en los años juveniles. Y otra vez, ¡salud!
Pero como en toda chupa, no podían faltar los cruces. Una macana, ni la pandemia podía evitar esa traicionera fase de toda borrachera. Y Manú y Logan empezaron con eso de los antagonismos, que plantean disciplinas como el deporte quebrantado o la política importuna. “Vos eres un choli de mierda, andáte a vivir a Tembladerani”, “y vos auriculo que tienen como ídolo histórico a un paraguayo”, “vos hablas contra el MAS pero esos años has cambiado de departamento y de autos”, “tu jefazo era un narcotraficante de mierda, y se han dedicado sólo a hacer canchitas”.
La cosa se estaba poniendo furibunda, noté que el encierro también nos estaba afectando, que necesitábamos decirnos cosas, gritar este dolor cautivo, encerrado por un enemigo silencioso, invisible, que amenaza con matarnos y sin despedida alguna.
“¿Sabes qué, cojudo?, ya no te aguanto más, me voy”, dijo uno, no sin antes vaciar su vaso de un solo sorbo. Y el otro hizo lo mismo, despidiéndose del resto. “Chao cuates, nos vemos la próxima cuando ya no esté este huevón”.
Y pese a que insistimos en que se queden, sus rostros se apagaron como la nada. 
“¿Ven, cojudos?, para eso toman”, quebró el silencio el Pochito, dándole un sorbo largo a su agua mineral que recién estaba a la mitad.
Entonces empecé a recordar. Lo miré y como ya me había subido la cerveza, lo encaré como quien busca pelea. Había algo que no había sido aclarado entre los dos, cosas que había estado pensando en este maldito encierro y que me estaban desquiciando. 
“¿Te acuerdas de lo que has hecho ¿no?”, le dije al abstemio. “Por eso no quieres chupar y por eso tampoco contestas mis llamadas”. “Uta, vos también ya estás verga ¿no?”, contestó el Pochito. “No me cambies de tema”, le dije más alterado, y el Cháchara salió al paso como quien deja el ring libre para un Vale Todo, dijo vaciando su singani desde la botella misma.
Me contuve de decirle mil disparates a Pochito, la bilis me trepo hasta la boca y a lo único que atine es a vaciar mi lata y apagar la compu.

2 comentarios:

  1. Pues sí que terminó bien esa reunión familidar después de tanto tiempo.
    Un abrazo.

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  2. Qué es pucacapa calcatrepe?

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