Tu
problema sos vos
Qué
lindo sería creer esto. Sería el principio de una decisión sanadora: yo tengo
este problema, voy a trabajar para mejorar, tomará tiempo, pero puedo hacerlo.
Pero no, siempre la culpa es del otro: “no me aman”, “no me aceptan”,
“todos tienen la culpa, menos yo”.
Más
allá del chiste de Los Simpson, esto es algo que escucho todo el tiempo. Y
cada día me cuesta más comprender. Porque, a ver… tenés un problema que te
afecta, y frente a eso, ¿tu inteligente decisión es extrapolar el tema y culpar
a otros, dejando la solución en manos de otra persona, que también se odia, que
también está llena de excusas, y que tampoco se hace cargo de sus problemas?
Quiero creer que no.
La
manera de resolverlo es siempre encarar el problema y trabajar para su
solución. Ojo, ese es el camino largo, el que no te gusta, el camino difícil.
Lo difícil es desafiante para la gente que se ama. ¿Vos te
amas? Demasiado pronto para responder eso, esperemos un poco. Tu problema
sos vos, y eso es hermoso, porque en tu ser está el problema, pero también la
solución.
¿Promoverá
esto el individualismo? Yo creo, fervientemente, que la felicidad
colectiva sólo puede ser lograda a través de la felicidad individual. ¡Pará!
¿No era que los demás no importaban? Contradicciones como esta vas a encontrar
un montón en este libro; las contradicciones son la base del pensamiento. Pensá
por vos, acá vas a encontrar sólo palabras.
Cuanto
menos creí en mí, más sufrí
Amo
esa frase, la amo hoy porque odié su significado durante mucho tiempo:
imaginate que pudiste levantar las excusas, que dejaste de ser tu propio
obstáculo, y justo en ese momento… ¡dejás de creer en vos y empezás a sentir
que no podés! Es súper comprensible, pero quedarte en ese estado puede ser
peligroso. Pensar que no podés es la peor excusa, y pensás que no podés
porque estás viendo solamente el final del camino, y yo te digo que los sueños
o deseos deben asumirse completos. ¿Qué quiero decir?
Si
tu sueño es llegar a la cima de la montaña, tu cerebro no piensa en el
entrenamiento, en el campamento, en la estrategia, en nada; tu cerebro te ve en
la cima, sonriendo como un pelotudo. Te ve subiendo a Instagram tu poco
original aventura, y más que nada y lamentable, buscando el reconocimiento
ajeno. Así vamos mal.
Por
el contrario, creer en vos como autor de un logro, va a dibujar en tu cara una
sonrisa inolvidable y honesta, y eso es algo que podés guardar para utilizar en
los momentos de duda, cuando las defensas bajen. Aprender una frase como “yo
creo en mí” antes de encarar la batalla diaria de la vida puede resultar de
vital importancia. Las frases “yo puedo” o “yo soy de los que hacen” van a
llevarte, inevitablemente, a la evolución.
A
veces pienso en las personas que no disfrutan el camino, y me cuesta
comprenderlas, como me cuesta comprender haber sido una de ellas. Volvamos al
ejemplo de la cima de la montaña: ¿no habrá valido la pena todo
el sacrificio, todo el tiempo de entrenamiento, cada paso, cada
pensamiento, cada puto momento en el cual fuiste feliz en el recorrido? Algo me
dice que estás pensando que me estoy contradiciendo otra vez, y es posible,
pero para mí, la mediocridad no consiste en no llegar a la cima, la
mediocridad consiste en no dejar todo en el intento.
No
creer en vos te va a llevar a un mundo de dolor, y no precisamente dolor
del bueno, del que enseña, sino del otro, el dolor que lastima, ese que
alimenta la voz del odio propio (existe odio propio así como existe amor
propio). La duda es el enemigo, y debe ser desterrada a toda costa. Yo suelo
ver a la duda como una torta de chocolate, vos podés verla como algo que te
tiente mucho; porque cuando te estás cuidando en una dieta, podés decir que no
a equis tentación, pero no podés evitar la duda. Pero puede ser un ejercicio
divertido: dudar, ir por todo, lastimarse y sufrir, atesorar, capitalizar, ser
mejor, evolucionar.
Lo
peor de dudar no es la parte práctica, es lo que se sufre dudando. Cuando estás
sentado sin haber hecho nada, autodestruyéndote a “no-puedos”, inmóvil, inerte,
siendo nada, ni siquiera un intento, la duda te lleva a mirar hacia afuera, a
buscar aprobación, a ver sólo las posibilidades del otro, y eso no es
recomendable, es algo lamentable.
Sí,
vas a tener gente que te va a estimular para que lo intentes, pero si necesitás
de ellos para hacerlo, estás complicado. A mí me gusta llamarlos placebos,
y no son más que otro tipo de excusas. Te aviso que no sirven, o sólo
sirven como una motivación secundaria, pasajera, vaga. Ay, Marcos, ¿no es un
poco extremo lo que decís? Ya lo dijimos, nada más extremo que buscar ser feliz.
Antes
de ser cocinero, cuando era más joven y tenía obesidad mórbida, me pasaba el
día sentado en un sillón mirando películas. Me acuerdo particularmente
de Matrix, la escena en que Morpheus le ofrece a Neo una oportunidad.
Básicamente, le dice: “Escuchame, nene, ¿querés saber la verdad?, ¿vivir la
realidad?, ¿querés jugártela? O preferís seguir viviendo esta vida de mentira,
esta vida horrenda que vivís ahora… Tenés que tomar una decisión”. Quizá no se
lo dijo tan así, imaginátelo más cinematográfico, pero la verdad es que todos
los días, cuando me levanto, me imagino a Morpheus ofreciéndome dos pastillas:
¿Qué queres? ¿Querés ser feliz? ¿O querés ser esto que sos ahora? Mi
respuesta cambia según los días, pero sé que siempre podés ser alguien
diferente, alguien mejor; vos sos el que tiene el frasquito de
pastillas, la elección es tuya.
Qué
loco pensar que tenés el control, ¿no? Bueno no tenés control, para nada,
al mundo le chupas un huevo, y está bien que así sea. Lo que sí podés
controlar, o mejor dicho, trabajar, es en cómo te impacta ese mundo a vos. ¿Me
van a lastimar? Me defiendo.
Muestro
que conmigo no se jode. Si me atacan, recibirán una respuesta agresiva. Ojo,
ser agresivo no quiere decir ser violento: agresivo es bueno, violento es malo.
Ya lo explicaremos, ojalá me acuerde, y si no, vas a tener que pensar. Qué
cagada, ¿no?
Por Marcos Di Cesare
Muy sensato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy razonable el planteamiento de Marcos. Hinca el diente como decimos en mi país.
ResponderEliminarAbrazos Chaly