En ciudades como Roma o Pompeya, habían varios tipos de nombre para saber que tipo de prostituta podías solicitar :
PROSTITUTA : era la que entregaba su cuerpo a quien ella quería.
POLA : aceptaba a cualquiera que pudiera pagar el precio demandado.
PROSTIBULAE : ejercía donde podía sin necesidad de pagar impuestos.
AMBULATARAE : trabajaba en la calle o en las bóvedas de el circo romano o alrededor de él.
Sus clientes eran los mismos que acudian a ver las carreras de caballos.
LUPAE : ocupaban los bosques cercanos a la ciudad.
BUSTUARIAE : ejercían su trabajo en los cementerios.
DELICATAE : eran de alta categoria , contaban entre sus clientes con senadores o generales.
Tambien había hombres prostitutos que esperaban en las esquinas de las termas, junto al circo Máximo o en el foro a mujeres que solicitaran sus servicios o a hombres que pedían sexo oral o anal.
Las prostitutas debían resultar fácilmente identificables.
El modo más evidente era teñirse el cabello de colores claramente artificiales, como azul y naranja. También se las podía reconocer por su ropa: mientras la típica mujer romana usaba una vestimenta muy recatada, las prostitutas usaban ropa sencilla, ligera (lo que también les permitía desvestirse y vestirse rápidamente) y que resaltara las formas del cuerpo.
La prostitución era extremadamente barata. Un servicio sexual económico podía costar lo mismo que una copa de mal vino, alrededor de uno o dos ases. Este precio no solo se aplicaba a los peores burdeles, sino incluso a los servicios de las camareras que servían en los thermopolium no sólo comida o bebida, ya que frecuentemente se utilizaba la habitación de atrás o arriba para serruchar
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