Otro célebre elogio a las mujeres mayores lo escribió un famoso estadista estadounidense más de 250 años antes, cuando Benjamin Franklin escribió el artículo que conocemos como "El apólogo de las viejas amantes":
25 de junio de 1745
Mi querido amigo,
No conozco ninguna medicina adecuada para disminuir las violentas inclinaciones naturales que mencionas; y si lo hiciera, creo que no debería comunicárselo. El matrimonio es el remedio adecuado. Es el Estado más natural del Hombre y, por tanto, el Estado en el que es más probable encontrar una Felicidad sólida. Sus razones en contra de entrar en él actualmente no me parecen bien fundadas. Las Ventajas circunstanciales que se vislumbran al posponerlo, no sólo son inciertas, sino pequeñas en comparación con la de la Cosa misma, el estar casado y establecido. Son el Hombre y la Mujer unidos los que hacen el Ser humano completo. Separada, quiere su Fuerza del Cuerpo y la Fuerza de la Razón; él, su Suavidad, Sensibilidad y agudo Discernimiento. Juntos tienen más posibilidades de triunfar en el mundo. Un solo Hombre no tiene ni de lejos el Valor que tendría en ese Estado de Unión. Es un Animal incompleto. Se parece a la extraña mitad de un par de tijeras. Si consigues una Esposa prudente y sana, tu Industria en tu Profesión, con su buena Economía, será una Fortuna suficiente.
Pero si no sigues este consejo y persistes en pensar que el comercio con el sexo es inevitable, entonces te repito mi consejo anterior: que en todos tus amores prefieras a las mujeres mayores que a las jóvenes. Llamas a esto una paradoja y exiges mis razones. Son estos:
1. Porque a medida que tienen más conocimiento del mundo y sus mentes están mejor abastecidas de observaciones, su conversación es más enriquecedora y más duradera.
2. Porque cuando las mujeres dejan de ser guapas, estudian para ser buenas. Para mantener su influencia sobre los hombres, aportan la disminución de la belleza mediante un aumento de la utilidad. Aprenden a realizar 1000 Servicios, pequeños y grandes, y son los Amigos más tiernos y útiles de todos cuando estás enfermo. Así continúan amables. Y por eso es difícil encontrar una anciana que no sea una buena mujer.
3. Porque no hay peligro de que los niños se produzcan de forma irregular y puedan sufrir muchas molestias.
4. Porque a mayor Experiencia son más prudentes y discretos en la conducción de una Intriga para evitar Sospechas. El Comercio con ellos es por tanto más seguro en lo que respecta a su Reputación. Y con respecto a ellos, si el asunto llegara a conocerse, las personas consideradas podrían sentirse más bien inclinadas a disculpar a una anciana que amablemente cuidaría de un joven, formaría sus modales con sus buenos consejos y evitaría su ruina. su Salud y Fortuna entre Prostitutas mercenarias.
5. Porque en todo Animal que camina erguido, la Deficiencia de los Líquidos que llenan los Músculos aparece primero en la Parte más alta: La Cara primero se vuelve laxa y arrugada; luego el Cuello; luego el Pecho y los Brazos; las partes inferiores continúan hasta el final tan regordetas como siempre: de modo que cubriendo todo lo de arriba con una canasta, y considerando sólo lo que está debajo del cinturón, es imposible que dos mujeres distingan a una vieja de una joven. Y como en la oscuridad todos los gatos son grises, el placer del gozo corporal con una anciana es al menos igual y frecuentemente superior, siendo cada habilidad susceptible de mejora mediante la práctica.
6. Porque el Pecado es menor. La corrupción de una Virgen puede ser su ruina y hacerla infeliz de por vida.
7. Porque la Compunción es menor. El haber hecho miserable a una joven puede provocarte frecuentes y amargas reflexiones; Ninguno de los cuales puede ayudar a hacer feliz a una anciana.
Octavo y último ¡¡Están muy agradecidos!!
Hasta aquí mi paradoja. Pero aun así te aconsejo que te cases directamente; siendo sinceramente Tu afectuoso Amigo.
Yo casi soy mayor jaja
ResponderEliminarPero no estoy segura de ser sabia