domingo, 28 de mayo de 2017

971: La cita de negocios

—Querido…, querido…
— ¿Qué? ¿Qué? ¿Eh…?
—Adolfo, ya son las cinco; levántate, querido.
Un bostezo, otro bostezo…
—Adolfo, perderás ese negocio; tú mismo lo dijiste…
Un bostezo largo, laaargo…
—Anda, querido; anoche te lo dejé todo preparado… Gatito mío, debes irte; ¿o quieres faltar a la cita? Anda, levántate, Adolfo; vete. Si es ya de día…
Carolina se levanta echando a un lado los cobertores; quiere demostrarte  que puede saltar de la cama sin vacilar. Abre las persianas, y penetran la claridad y el aire matinal, el ruido de la calle. Luego se mete otra vez en la cama.
—Pero, querido, levántate… Nunca habría creído que tuvieses tan poca voluntad. ¡Oh, los hombres…! Yo no soy sino una mujer, pero si digo que hago eso…, pues hago eso.

Te levantas rezongando, maldiciendo el matrimonio. Carolina encuentra todo lo que necesitas, y con una rapidez desesperante; lo prevé todo, te da una bufanda en invierno, una camisa de lino y con rayas azules en verano; te trata como a un niño. Si aún duermes, ella te viste, se desvive, y, al final, ya te han echado de la casa. Sin ella, todo iría mal. Te recuerda que tienes que llevar un documento, una cartera… tú no piensas en nada, ella piensa en todo…

Vuelves a casa cinco horas después, a comer. La sirvienta está en la escalera, hablando a su móvil. Preguntas dónde está Carolina, pues la creías esperándote.
—La señora está aún acostada.
Vas a verla y la encuentras lánguida, perezosa, fatigada, adormilada. Ella veló toda la noche para despertarte y por eso ha vuelto a acostarse; tiene hambre.
Tú eres  la causa de todo ese desquiciamiento. Si la comida no está lista, ella echa la culpa a tu madrugón. Y si no la encuentras vestida, si todo está en desorden, la culpa es tuya. A todo lo que no va como es debido, ella responde:
— ¿Y era necesario que te levantases tan temprano?

5 comentarios:

  1. Pobre mujer, es una incomprendida.

    Besos

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  2. Ya es capricho eso de madrugar.
    Un abrazo.

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  3. Vamos. Que al final el poche hombre tiene la culpa de todo jajajajaja

    Besos ;)

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  4. Qué bien retratás el actuar de la mujer. No importa qué sea, la culpa es nuestra, siempre.
    Saludos.

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