Si estás pensando como gran
sorpresa llevarla a una playa o darle algo de acción en el ascensor, piénsalo
dos veces. Acá te contamos por qué.
Los “venden” como lugares
de lo más exóticos y excitantes para tener sexo. Espacios para cumplir
fantasías que, en realidad, no lo son tanto.
Hacer el amor en la
playa, pleno campo, un ascensor, el baño de un avión o simplemente la mesa de
tu cocina son sólo algunos de los escenarios que el cine y las revistas
han promocionado como perfectos para el disfrute.
Sin embargo, Gustavo decidió
desmitificar esto y, explicarnos por qué, definitivamente, no deberías
cumplir estos deseos. ¡Toma nota!
Baño de un avión
Los servicios de los
aviones tienen un espacio verdaderamente reducido, lo que juega en contra.
“Sobre todo si eres una persona alta o con algo más de peso” Además, el entorno
no es el más idílico, “al final es un baño público, con lo que conlleva
eso en cuanto a higiene y los olores”. Eso, sumado a las turbulencias.
Mesa, escritorio y
demases
Seguro te has imaginado
tirando todo lo que está sobre ellos. Pero, tener sexo sobre una de estas
superficies no es nada de cómodo. “Por ejemplo, si es la mesa de la cocina
habrá que tener cuidado con no escurrirse con el hule, o peor, quedarse pegada
en él, la altura también es otro factor: puede dificultar encontrar una postura
que permita la penetración y tu pareja puede verse obligada a tener que estar
de puntillas”, causando hasta tirones musculares indeseados.
En medio del campo
“Podemos encontrarnos con
cardos o pinchos que, aunque disimulados por la manta, acaben clavados en
nuestras manos, en la espalda o en cualquier otra parte del cuerpo. Aunque lo
más problemático es que acabemos con la picadura de algún insecto en una zona
tan sensible como los genitales”.
No al ascensor
De entrada “no es el
lugar más idóneo para las relaciones sexuales, ya que no hay un lugar de apoyo
estático”. Cristina Callado aseguró que, si tu hombre no tiene brazos fuertes,
es muy difícil encontrar posturas cómodas, además de otro limitante: el
tiempo. “¿Es posible hacer algo en condiciones solo en el tiempo que dura
el trayecto hasta el piso más alto? La opción es estar todo el rato dando a los
diferentes botones para ir ganando tiempo, lo que implica que no podamos estar
muy concentrados”
Mar y arena
Judith Viudes es positiva
al argumentar que “el agua permite probar prácticas diferentes o, al menos,
posturas distintas con las que disfrutar la sensación de ingravidez, y sin que
el acto sea evidente para todo el mundo”. Sin embargo, “la lubricación
vaginal natural se diluye al contacto con el mar e incluso puede desaparecer
por completo”, dejando como resultado sequedad, irritación, dolor e incluso una
infección”. ¿Y en arena? “Puede ser muy traicionera y meterse donde no
debe”
O sea que lo mejor en un dormitorio de los de toda la vida, aunque sea menos sofisticado.
ResponderEliminarUn abrazo.
que poca aventura ja... todo lugar sirve! salgan mas y pongan menos excusas jaja...
ResponderEliminarMadre mía jajaja, ideas tentadoras pero razones contundentes y jocosas hasta morir de risa para no estar en esos sitios con tales competencias.
ResponderEliminarTe invito a mi blog recién puesto en marcha: De la A al infinito.Me encanta la Literatura.
Un saludo desde España.
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