Una vida infeliz es una elección. Yo escojo una existencia
perfectamente desgraciada porque cuando soy miserable, tengo una excusa
legítima para no tomar responsabilidad por mi propia vida o no sentirme
obligada a devolver toda la bondad de la vida.
Aquí te ofrezco ocho consejos
para vivir una vida miserable y mantener controlados esos traicioneros
sentimientos de alegría y gratitud.
1. Nunca te hagas cargo de tu propia actitud
Culpa constantemente por tu estado presente a tu pasado, a tu
infancia, a tu pareja, a tus hijos, a tu gato y a otros catalizadores externos.
Nunca confíes en tu propia forma de pensar o en tus reservas internas para
encontrar fuerza y alegría. En cambio, deja que tus pensamientos y sentimientos
estén a la merced de alguien externo.
2. Usa anteojos negativos y un rostro permanentemente
amargado
Siempre ve tu vaso medio vacío. Evita buscar lo positivo, la
alegría y la bendición en medio de las dificultades. Cuando la vida te de limones,
cómelos y luego pon una cara terriblemente amargada. Luego mantén esa cara
amargada todo el día y contamina cada habitación en la que entres hasta que tu
estado de ánimo rebote por el mundo como un búmeran. Nunca sonrías, no te rías
ni le digas a nadie una palabra de ánimo.
3. Se malagradecido
Recuerda que tú tienes derechos, no obligaciones. Escribe
cinco cosas que hoy salieron mal. No valores a tu familia, a tus amistades, tu
salud o la rebosante generosidad y bondad de la vida. Nunca digas gracias;
podrías tropezar y accidentalmente llegar a sentir agradecimiento.
4. Vive un estilo de vida no saludable
Consume una dieta abundante en azúcar, grasas saturadas y
otros venenos libres de nutrientes. No duermas lo suficiente. En cambio,
quédate de mal humor hasta muy tarde mientras te quejas de cuán cansado estás y
de la culpa que tienen tú pareja, tus hijos y tu jefe de que tú nunca duermas
lo suficiente.
5. No busques soluciones a los problemas existentes
No enfrentes tus desafíos personales; la negación y el escape
es siempre más fácil. Nunca le pidas ayuda a nadie. Cuando la vida te presente
una dificultad, revuélcate en ella y deprímete pensando cuán terrible es tu
vida, mientras ahogas tu dolor en una bolsa de papas fritas.
6. Continúa repitiendo patrones de pensamiento y de conducta
negativos
Apégate a los ciclos de pensamiento y conducta tóxicos y
destructivos que erradican la autoconfianza y el fortalecimiento. Apégate a
pensamientos negativos y obsesivos, a atracones de comida y a conductas
adictivas. Cuando te sientas miserable, ayúdate a sentirte
aún más miserable permitiéndote sentir lástima por ti mismo y sacar
conclusiones falsas como cuán malo e indefenso eres.
7. No vivas en el momento
Al compartir un momento maravilloso con familia y amigos,
observando un glorioso atardecer o un eclipse lunar, o sintiendo los copos de
nieve caer por tu nariz, no te permitas sentir la intensa alegría del momento.
En vez de eso, reflexiona sobre tu pasado e inquiétate por tu futuro.
8. No trates de lograr tus metas
Ignora las metas a largo plazo. Mantente dentro de tu caja,
sin expandir tus horizontes, sin aprender algo nuevo o esforzarte por ser
mejor.
Recuerda: la vida es un plato de cerezas. Arroja la cáscara y
atórate con los carozos.
Qué gusto de persona para convivir con ella. :)
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy buenos anticonsejos Chaly!
ResponderEliminarAl gato, lo mejor es echarle la culpa de todo al gato.
ResponderEliminarDe verdad.
Un abrazo.
Gracias por la información, pero no me interesa ser miserable.
ResponderEliminar