sábado, 18 de noviembre de 2017

093: y así, casi sin querer, ella y yo

Habían pasado cinco años, y algunos meses desde la última vez que la vi. Su rostro, apenas había cambiado. Las canas tampoco habían prosperado mucho, su pelo seguía siendo mayoritariamente negro. Estaba bastante delgada y eso la hacía todavía más alta y desgarbada, ésa era una de las cosas que más me habían gustado siempre de ella.
Le sentaban bien los años.
Mientras el Decano presentaba a los asistentes con una lentitud exasperante, ella encendió un cigarrillo y echó una ojeada a la sala. Miraba en todas las direcciones con excepción de la mía.

No me atrevía a mirarle de frente, pero detecté que se había quedado quieta. Me miraba fijamente, con los ojos semi entornados, una expresión extraña. Luego me sonrió y solamente después movió los labios en silencio, dos sílabas, como si pronunciara mi nombre.

6 comentarios:

  1. Se ve que quien lo cuenta tampoco había cambiado demasiado. Por lo menos estaba reconocible.
    Un abrazo.

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  2. Esto suena a comienzo

    Besos dominicales Chaly :)

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  3. Qué bonito. Me encanta la última frase.

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  4. Los encuentros solo tienen valor cuando nadie los provoca sino que, simplemente, suceden...

    Saludo,

    J.

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  5. Ohhh!!!

    Algo tan bonito y por poco me lo pierdo...

    Besos

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