miércoles, 22 de noviembre de 2017

096: el imán en la tierra

—Yo no entiendo...
—Ven acá entonces.
Me acerqué. En realidad yo sólo quería tocar su teta y tal vez olerla, porque no estaba bien seguro si era de verdad o de silicona. Hacía tiempo que no tocaba teta.
— ¿Qué es lo que no entiendes?
—Lo de la naranja
Contesté, y se me comenzó a endurar.
—Es redonda ¿ves tú? La tierra es igual, redonda como esta naranja.
— ¿Y cómo no nos resbalamos y nos caemos para fuera?
—Hace media hora que estoy explicando que en el centro de la tierra hay un imán que atrae. Por eso si tú saltas, caes de nuevo al mismo lugar. Si la tierra no tuviera imán volarías.
Yo sabía lo que era un imán. Además lo estaba sintiendo muy fuerte con la teta ahí tan cerca. Tenía casi reventada la bragueta.
— ¿Me entiendes ahora?
—Un poco... ¿A ver?
Estiré la mano y ella me pasó la naranja. Sentí  una cosa rara. Algo así como si yo fuera el Lobo y ella la Caperucita. Creo que era el imán de la tierra.

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