viernes, 11 de octubre de 2019

0382: señoritas y señoritos Rottenmeier


El lunes a primera hora llamé a Pablo y le comenté que mi amigo Pedro era el máximo directivo de una gran empresa, que tenía una solución a un problema que me había comentado muchas veces. Encantado – casi feliz- Pablo me pide que le llame Pedro inmediatamente, ya que está cerrando precisamente la contratación de esos servicios. Que por un milagro tiene presupuesto. Que lo que le planteo le puede salvar el puesto. Que además tener a alguien de confianza le salva el puesto. Que estaba encantado y que por favor le llame ya.
Lunes. Inmediatamente después. Llamo al fijo de Pedro y tras cinco minutos de espera logro que me atienda recepción. Cinco minutos adicionales de música de espera. Me cuelgan.
Lunes. Diez minutos más tarde. Llamo al teléfono móvil de Pedro. Me atiende su secretaria –  a quien Pedro le deja el teléfono para atender mientras participa en reuniones. Le digo que soy X, amigo de Pedro y que por favor me llame. Ella dice que está «súper reunido» ya que no puede atender a nadie, que tiene una reunión y luego sale de viaje. Le pido que le pase nota urgente, que soy su amigo X y que le diga que «ya he hecho la gestión que me pidió». Me asegura que lo hará, pero que están «liadísimos» y que por favor colgara, que están esperando una llamada importantísima. Cabreado, «cabreadísimo», colgué.
Lunes tarde. Llamo de nuevo al móvil de Pedro, me atiende de nuevo la secretaria (tiene desviado el móvil cuando Pedro está desconectado). Le repito el mensaje, me dice que está liadísimo, ahora mismo en el avión y que ella está pendiente de un tema importantísimo y que duda de que me pueda atender. Le aseguro que a mí me da igual, pero que su jefe me ha pedido una gestión, que es urgente que llame a una persona. Le dejo el teléfono de Pablo. Que le llame por favor lo antes posible.

Martes tarde. Nada.

Miércoles. Recibo email de Pablo. «Chico, que tu amigo me llame ya que estoy cerrando el tema». Mando un email a Pedro «tío, llama ya a Pablo, tu secretaria tiene el móvil desde ayer, y aquí lo tienes XXXXX. Abrazos». Email de empresa. Recibo un «fuera de la oficina» y una respuesta automática de su secretaria explicando que está de viaje, que le pasará el mensaje en cuanto le vea. Le contesto con los datos de contacto y que por favor llame YA.

Jueves tarde. Preocupado. Llamo al fijo. Como no está Pedro y su secretaria comunica, pido que me pasen con un miembro de su equipo directo. Tras diez minutos de espera, me pasan con el jefe de gabinete de mi amigo Pedro. Le explico la situación. Me dice que están con mucho lío, pero que toma nota.

Viernes a mediodía. Envío un SMS a Pedro (sé que está en el extranjero), le aviso «le he dejado todo a tu equipo. LLAMAD YA. Suerte». Mi amigo Pedro me llama. Que acaba de ver mi sms, que ha intentado hablar con Pablo, pero que al decirle que era un amigo la secretaria de Pablo le ha dicho que está súper-reunido, etc….que todo su equipo está esperando una llamada muy importante….»
¡Volvíamos a la casilla de inicio! Yo me cortaba las venas. Dos efectos Rottenmeier y todo el mundo colgando llamadas porque estaban esperando, precisamente, las llamadas.
Viernes noche. Llamo desde el móvil – en llamada a tres –  a mis dos amigos, les pongo en contacto y respiro. He tardado una semana, pero he logrado que pese a las señoritas y señoritos Rottenmeier, dos amigos logren establecer contacto.  

4 comentarios:

  1. ¿Merece la pena ser tan importante? Lo peor es que, además, no lo serán; simplemente se dan importancia.
    Un abrazo.

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  2. Visión muy real. Para colmo, desde no hace tanto, antes de atender cualquier requerimiento nos advierten que seremos encuestados sobre la atención telefónica recibida.Algunas veces esa opinión es activada antes del final de la gestión.

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  3. Hola Charly! Aterrizo en tu blog y me gusta lo que escribes, así que, con tu permiso me quedo por aquí y si te apetece pasar por el mio tienes la puerta abierta. Tu relato es para poner de los nervios al más pintado.

    Saluditos.

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  4. Hola Chaly, por aqui paso a leerte, que siempre me arrancas una sonrisa

    Saludos :)

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