En primero y segundo de
secundaria, tenía una maestra que se llamaba María del Carmen, nos daba física,
química y biología, ella era atea, creo que es la persona que más influyó en mi
pensamiento en los años decisivos, ella siempre tenía una respuesta para todo.
Recuerdo que cuando nos preguntaba algo como cuál es la diferencia entre monocotiledóneas
y dicotiledóneas? alguien respondía
- ¿Creo que uno tiene un
cotiledón y las otras dos cotiledones maestra?
- ¿Lo crees o lo sabes?…
porque yo no acepto respuestas que inician con ‘creo que’
A lo cual esa persona
respondía que no estaba seguro, y la maestra iniciaba su perorata que incluida
la siguiente admonición “todos ustedes viven en un mundo de fantasía donde
creerlo es más cómodo que averiguarlo… yo estoy aquí para obligarlos, no
recomendarles o sugerirles, obligarlos a averígualo antes de creerlo”
En ese tiempo me parecía
una payasada porque no entendíamos realmente la diferencia entre una cosa u
otra, al menos yo, y yo era el listo del grupo, ella no me veía diferente como
los restantes maestros que me ponían de ejemplo ante los demás por mis buenas
notas, de hecho me trataba muy secamente igual que a todos los demás alumnos,
yo resentía que mi maestra favorita en secreto no me tratara como yo esperaba
que lo hiciera.
Un día alguien le
pregunto sobre dios o la virgen o algo así, ella dijo. “averígualo antes de
creerlo” de por si yo ya tenía ideas ateas desde mi niñez. Pues lo
averigüé…ahora soy ateo. No acérrimo pero lo soy.
Algún día quisiera
poderla volver a ver para agradecerle toda la influencia que tuvo en mi
formación.
Hay maestros que dejan profunda huella, incluso influyen decisivamente en el camino que uno toma en la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.