jueves, 5 de septiembre de 2019

0364: VENEZUELA: Los enchufados


Se usa el "enchufado" para referirse a los burócratas corruptos pero el término va adquiriendo vida y espacio propio "Enchufado" es parecido pero no lo mismo que "boliburgués" o "bolichico", con el que popularmente se designaban por una parte a la "casta" de nuevos ricos que han hecho o siguen haciendo fortuna en el régimen bolivariano y el segundo se refería a los pragmáticos hijos de adineradas familias que hicieron lucrativos negocios con el gobierno de Chávez.

El "Enchufado" tampoco debe confundirse con el alto oficial, el narcotraficante o el franca y decisivamente corrupto, ni con el militante partidista.

A modo de ejemplo de lo que es un "enchufado" tenemos a Alejandro Andrade Cedeño, que de guardaespaldas brincó a secretario privado, ocupando simultáneamente los cargos de Tesorero de la Nación, Viceministro de Gestión Financiera y presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social.

La lista de "enchufados" y "enchufadas" es tan grande como el saqueo de las arcas públicas, que comienzan a develarse a través de escándalos, en los Panamá Papers, las cuentas bancarias en Andorra, el caso Odebrecht, totalmente silenciado en Venezuela, la inmensa caja negra de corrupción del mercado cambiario controlado por el gobierno a partir del 2003; los juicios abiertos en EEUU a algunos de ellos o cuando caen en desgracia frente al madurismo gobernante, como Rafael Ramírez, quien fungió por años como el todopoderoso director de PDVSA. Era tal la magnitud de dinero producto de la corrupción que más allá de contar con cuentas en paraísos fiscales, algunos más avispados se dieron cuenta que lo más sencillo era tener su propio banco. Ese es el caso de otro notorio "enchufado": Raúl Antonio Gorrín Belisario.

Pero el término "enchufado" también lo aplican algunos a ciertas figuras de la oposición venezolana, como Henry Ramos Allup, secretario general del partido Acción Democrática y que, según dicen, no habría dejado de lograr beneficiar a su suegro Franco D'Agostino con jugosos contratos de construcción durante el chavismo-madurismo; o a Timoteo Zambrano, alto dirigente del partido de oposición Un Nuevo Tiempo, UNT, por su interesada, ambigua y permanente actitud conciliadora con el gobierno.

Los "enchufados" también tienen representación internacional, como el español José Luis Rodríguez Zapatero, por presentarse como interesado "facilitador y negociador" siempre complaciente con la dictadura de Maduro o el lamentable caso del ex embajador de España en Venezuela Raúl Morodó, cuyo hijo fue detenido por blanqueo de capitales y él se salvó de ir preso por su avanzada edad, acusados de recibir más de 4 millones de euros por supuestas "asesorías" a la estatal PDVSA. O lo millones que recibieron por asesorías los dirigentes de la ultra izquierda española que luego fundarían el partido PODEMOS. 

Así como también las empresas y contratos de rusos y chinos…

Como puede verse, el término "enchufado" tiene demasiados representantes, múltiples aplicaciones e interpretaciones, pero por lo general, hoy en Venezuela se asocia con corrupción, con altas y buenas relaciones con los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, con tráfico de influencias, nepotismo, favoritismo, fortunas mal habidas, negocios turbios, con el despilfarro y lujo desmedido y con el saqueo de dimensiones incalculables perpetrado y que ha contribuido en gran parte al desastre social, político, la hambruna, la hiperinflación desatada, la emigración forzada y la crisis general que padece el país. Al paso del tiempo se van descubriendo las corruptelas y fechorías cometidas y engrosando las listas de solicitados por la justicia internacional y cuando ocurra un cambio político, seguramente lo serán también por la justicia venezolana.

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