Se usa el
"enchufado" para referirse a los burócratas corruptos pero el término
va adquiriendo vida y espacio propio "Enchufado" es parecido pero no
lo mismo
que "boliburgués" o "bolichico", con el
que popularmente se designaban por una parte a la "casta" de nuevos
ricos que han hecho o siguen haciendo fortuna en el régimen bolivariano y el
segundo se refería a los pragmáticos hijos de adineradas familias que hicieron
lucrativos negocios con el gobierno de Chávez.
El
"Enchufado" tampoco debe confundirse con el alto oficial, el
narcotraficante o el franca y decisivamente corrupto, ni con el militante
partidista.
A modo de ejemplo de lo
que es un "enchufado" tenemos a Alejandro Andrade Cedeño,
que de guardaespaldas brincó a secretario privado, ocupando simultáneamente los
cargos de Tesorero de la Nación, Viceministro de Gestión
Financiera y presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y
Social.
La lista de
"enchufados" y "enchufadas" es tan grande como el saqueo de
las arcas públicas, que comienzan a develarse a través de escándalos, en
los Panamá Papers, las cuentas bancarias en Andorra, el
caso Odebrecht, totalmente silenciado en Venezuela, la inmensa caja
negra de corrupción del mercado cambiario controlado por el gobierno a partir
del 2003; los juicios abiertos en EEUU a algunos de ellos o cuando
caen en desgracia frente al madurismo gobernante, como Rafael
Ramírez, quien fungió por años como el todopoderoso director de PDVSA. Era
tal la magnitud de dinero producto de la corrupción que más allá de contar con
cuentas en paraísos fiscales, algunos más avispados se dieron cuenta que lo más
sencillo era tener su propio banco. Ese es el caso de otro notorio
"enchufado": Raúl Antonio Gorrín Belisario.
Pero el término
"enchufado" también lo aplican algunos a ciertas figuras de la
oposición venezolana, como Henry Ramos Allup, secretario general del
partido Acción Democrática y que, según dicen, no habría dejado de
lograr beneficiar a su suegro Franco D'Agostino con jugosos contratos
de construcción durante el chavismo-madurismo; o a Timoteo Zambrano, alto
dirigente del partido de oposición Un Nuevo Tiempo, UNT, por su
interesada, ambigua y permanente actitud conciliadora con el gobierno.
Los
"enchufados" también tienen representación internacional, como el español José
Luis Rodríguez Zapatero, por presentarse como interesado "facilitador y
negociador" siempre complaciente con la dictadura de Maduro o el
lamentable caso del ex embajador de España en Venezuela Raúl Morodó, cuyo
hijo fue detenido por blanqueo de capitales y él se salvó de ir preso por su
avanzada edad, acusados de recibir más de 4 millones de euros por supuestas
"asesorías" a la estatal PDVSA. O lo millones que
recibieron por asesorías los dirigentes de la ultra izquierda española que
luego fundarían el partido PODEMOS.
Así como también las
empresas y contratos de rusos y chinos…
Como puede verse, el
término "enchufado" tiene demasiados representantes, múltiples
aplicaciones e interpretaciones, pero por lo general, hoy
en Venezuela se asocia con corrupción, con altas y buenas relaciones
con los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, con
tráfico de influencias, nepotismo, favoritismo, fortunas mal habidas, negocios
turbios, con el despilfarro y lujo desmedido y con el saqueo de dimensiones
incalculables perpetrado y que ha contribuido en gran parte al desastre social,
político, la hambruna, la hiperinflación desatada, la emigración forzada y la
crisis general que padece el país. Al paso del tiempo se van descubriendo las
corruptelas y fechorías cometidas y engrosando las listas de solicitados por la
justicia internacional y cuando ocurra un cambio político, seguramente lo serán
también por la justicia venezolana.
La riqueza del lenguaje...
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