viernes, 12 de julio de 2019

0330: si otros escucharan tus conversaciones telefónicas


Una amiga le compró a su hija de dos años un teléfono de juguete. Y dado que a los niños les gusta imitar a sus padres, mi amiga observó cómo jugaba su hija: empujando el cochecito de su muñeca, con el teléfono al oído, la niña le dijo a su amiga imaginaria: “¡Estos niños son sencillamente imposibles!”.

Este fue un verdadero llamado de atención para mi amiga. Su hija no sólo escuchaba cuidadosamente cada una de sus palabras, sino que también prestaba atención a lo que su madre decía sobre ella y su hermano menor.

¿Cuál era el mensaje que la niña recibía? Al darse cuenta de lo que ocurría, mi amiga lo cortó de raíz.

Pero debería hacernos pensar a todos. Si alguien que nos importa (nuestros hijos, padres, amigos), alguien a quien admiramos o alguien que nos respeta escuchara nuestras conversaciones, ¿qué escucharían realmente?  ¿Y qué pensarían? ¿Hablamos bien sobre los demás? ¿Nos quejamos de nuestra pareja y de nuestros hijos? ¿Hablamos de forma refinada, con palabras que estamos orgullosos de decir y un lenguaje apropiado para lo que pensamos de nosotros, para lo que aspiramos llegar a ser?

Me alegra no haber escuchado nunca a mis hijos cuando jugaban con sus teléfonos. ¡Creo que me voy a cuidar de no regalarles nunca a mis nietos ese juguete!

2 comentarios:

  1. Lo importante no es que digamos estupideces, sino que quede constancia.
    Un abrazo.

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  2. La madre recibió una lección magistral.

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