Salía de una relación que
no había funcionado, la verdad me encontraba al borde del precipicio me sentía
asqueado y deprimido cuando tuve la suerte de meterme con esta mujer en su cama
cubierta con un toldo lleno de joyas y por si fuera poco vino champaña cigarros
pastillas y TV a color.
Permanecimos en la cama y bebimos vino, champaña,
fumamos y tragamos pastillas por docenas mientras yo (que me sentía asqueado y
deprimido) trataba de superar los malos recuerdos de mi relación pasada.
Comencé
a ver la TV para anestesiar mis sentidos y lo que realmente me ayudó fue ese
largo programa (especialmente escrito para TV) sobre espías americanos y rusos
tan hábiles y discretos que ni sus hijos sabían que lo eran ni sus esposas
incluso de algún modo ellos mismos lo ignoraban.
Me di cuenta que se trataba de
contraespías, espías dobles: tipos que trabajaban para ambos lados y uno que
era doble espía se convirtió en triple espía una bonita confusión. Creo que ni
el tipo que escribió el guion sabía lo que estaba pasando. ¡El programa duró
horas! hidroaviones se estrellaban contra icebergs un sacerdote en Madison, asesinó
a su hermano, un trozo de hielo enviado por barco en un alhajero a Perú en
lugar del diamante más grande del mundo rubias yendo y viniendo comiendo helado
y nueces; el triple espía se convirtió en cuádruple espía y todos se amaban
entre sí y el programa siguió y pasó el tiempo y finalmente desapareció como un
clip en el basurero yo me estiré, me acomodé en el sofá y por primera vez en
semana y media dormí bien.
No da la sensación de que el asunto de los espías fuera precisamente relajante, pero cada uno es como es y encuentra la tranquilidad de las formas más insospechadas.
ResponderEliminarUn abrazo.