sábado, 13 de julio de 2019

0331: Charles Bukowski


Salía de una relación que no había funcionado, la verdad me encontraba al borde del precipicio me sentía asqueado y deprimido cuando tuve la suerte de meterme con esta mujer en su cama cubierta con un toldo lleno de joyas y por si fuera poco vino champaña cigarros pastillas y TV a color. 

Permanecimos en la cama y bebimos vino, champaña, fumamos y tragamos pastillas por docenas mientras yo (que me sentía asqueado y deprimido) trataba de superar los malos recuerdos de mi relación pasada. 

Comencé a ver la TV para anestesiar mis sentidos y lo que realmente me ayudó fue ese largo programa (especialmente escrito para TV) sobre espías americanos y rusos tan hábiles y discretos que ni sus hijos sabían que lo eran ni sus esposas incluso de algún modo ellos mismos lo ignoraban. 

Me di cuenta que se trataba de contraespías, espías dobles: tipos que trabajaban para ambos lados y uno que era doble espía se convirtió en triple espía una bonita confusión. Creo que ni el tipo que escribió el guion sabía lo que estaba pasando. ¡El programa duró horas! hidroaviones se estrellaban contra icebergs un sacerdote en Madison, asesinó a su hermano, un trozo de hielo enviado por barco en un alhajero a Perú en lugar del diamante más grande del mundo rubias yendo y viniendo comiendo helado y nueces; el triple espía se convirtió en cuádruple espía y todos se amaban entre sí y el programa siguió y pasó el tiempo y finalmente desapareció como un clip en el basurero yo me estiré, me acomodé en el sofá y por primera vez en semana y media dormí bien.

1 comentario:

  1. No da la sensación de que el asunto de los espías fuera precisamente relajante, pero cada uno es como es y encuentra la tranquilidad de las formas más insospechadas.
    Un abrazo.

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