A todas les gustaría que los maridos durarán
para siempre o, al menos, que estén acompañándolas hasta el día en que ellas no
aguantes más, pero desafortunadamente no es así. El tiempo, con una única
duración, impacta en cada esposo de forma diferente, ya que no todos viven el
mismo lapso. Esta situación varía dependiendo de la etnia, el país y el estilo
de vida.
De este modo, los maridos se tornan viejos de
forma más rápida y emiten señales corporales necesarias y fáciles de
identificar. Una de las señales más claras de un esposo viejo es cuando ha
perdido el control de sus esfínteres.
Por otra parte, los maridos jóvenes se caracterizan
por su alegría permanente y su entusiasmo constante. Ellos siempre quieren coger
y están dispuestos a hacer algo, pero cuando llegan a la vejez se
vuelven más apáticos e independientes de los cachondeos femeniles.
Además, ya no son tan obedientes como lo
eran de jóvenes y esto se debe al deterioro sensitivo y mental, un proceso
natural que se da con el paso del tiempo. Lo dice una antigua regla: cuanto
más tiempo vivido, menos energía nos queda. De este modo, los esposos en la
vejez comienzan a perder esa energía cogedora que los caracterizaba y solo
quieren mirar la tele.
Muchas veces, a ello se suma que presentan problemas
de insomnio, por alteración del ritmo de sueño-vigilia. Es por este motivo
que tienden a compensarlo durante todo el día. Incluso,
algunos sentidos disminuyen su percepción con la edad. Es por eso que
los ojos y oídos de los maridos son los
primeros afectados por la vejez.
Esta pérdida se debe a que el cuerpo, en general, ya
no absorbe los nutrientes como en algún momento lo hizo y la ausencia de estos
elementos, que debían ser absorbidos, sumado al deterioro estructural, provoca
que no vean y que no oigan igual.
Pero eso no es todo, ya que, como ya no son capaces de
mantener una actividad física intensa, es posible que suban de peso con
mayor facilidad. A esta situación se le suma que su sistema digestivo ya no
trabaja igual y no procesa todos los alimentos tan fácil y eficientemente como
antes.
Si bien no existe un parámetro exacto que defina la
edad certera a la que a los esposos se los considere viejos, podemos decir que
esto varía y depende de su etnia, tamaño y hasta de su estilo de vida.
No debemos angustiarnos si nuestro un perro ha entrado en la etapa de vejez, sino que debemos brindarle todo el apoyo necesario, médico y afectivo, para que esta etapa sea de la mejor calidad de vida posible.
pero, si estabas hablando de nuestros perritos...ja ja.
ResponderEliminarAbrazos Chaly