martes, 15 de agosto de 2023

0738: películas indecentemente violentas

 La caza (Craig Zobel, 2020)

La guerra de clases siempre ha dado para grandes distopías, pero, en este thriller ultraviolento de Craig Zobel, se trata más bien de una caza siniestra, inhumana e injusta. Co-escrita por Damon Lindelof ('Watchmen', 'The Leftovers'), nos cuenta cómo un grupo de la élite secuestra a un grupo de indeseables y les lleva a un entorno controlado para darles caza como animales. Lo que no esperaban es que una de las participantes forzosas, interpretada por Betty Gilpin ('GLOW'), diera más guerra de la esperada.

Redada asesina (The Raid) (Gareth Evans, 2011)

No habrás visto tantas tortas en tu vida. Esta película de Gareth Evans se convirtió rápidamente en icónica entre los fans del cine de acción y las artes marciales gracias al torrente de violencia que es capaz de desatar en menos de dos horas. La estrella: Iko Uwais, famoso por su increíble técnica de lucha. Su patio de juegos: un edificio tomado por criminales que debe desalojar a base de golpes.

Perros de paja (Sam Peckinpah, 1971)

Basada en una novela de Gordon M. Williams, esta famosa película de Sam Peckinpah cuenta la historia de un hombre de ciencia que se verá obligado a usar la fuerza y la violencia para proteger su hogar de unos indeseables. Dustin Hoffman interpreta al protagonista, al que le han declarado una guerra que acabará en sangre. Una de esas películas cuya dureza la hace difícil de ver, pero que sigue siendo fantástica.

Martyrs (Pascal Laugier, 2008)

Hablando de películas que son difíciles de ver... Durante un tiempo, el terror encontró un terreno fértil en Francia bajo la máxima del extremismo. Este 'New French Extremity' llegó donde pocas películas antes habían llegado antes en su retrato de la violencia más brutal y sin filtros. Si eso fue bueno o no, cada uno que lo juzgue como quiera. En esta película emblemática de esa tendencia, Pascal Laugier nos sumerge en una auténtica tortura.

Holocausto Caníbal (Ruggero Deodato, 1980)

Pionera en el uso del 'found footage', este clásico del italiano Ruggero Deodato fue censurado en multitud de países por su contenido altamente explícito, sangriento y violento. Y es que esta imagen de aquí arriba solo es una muestra del calvario que pasarán este grupo de visitantes en las misteriosas tribus amazónicas.

Salo o los 120 días de Sodoma (Pier Paolo Pasolini, 1975)

En el cine, hay violencia por puro entretenimiento (como la de Tarantino) y violencia que intenta enviar un mensaje (como la de Kubrick). Pier Paolo Pasolini era más de los segundos, y lo demostró con esta denuncia a los regímenes autoritarios y el consumismo capitalista, en forma de mil y una torturas que constituyen una de las películas más polémicas y violentas de la historia del cine.

La naranja mecánica (Stanley Kubrick, 1971)

No podía faltar. Es difícil ver esta película de Stanley Kubrick entera sin apartar la vista ni una sola vez. Después de ella han aparecido multitud de películas violentas, pero ninguna llevó esa misma carga política y social, y esa brutalidad difícil de creer. Violaciones y palizas explícitas en manos de unos 'drugos' con los que tener pesadillas.

Ichi the killer (Takashi Miike, 2001)

De la filmografía de Takashi Miike podríamos extraer unas cuantas piezas del puro entretenimiento de la lucha y la violencia. Pero fue en esta película de 2001 en la que más desató su vena gore, adaptando un manga de Hideo Yamamoto sobre el loco y radical mundo de los yakuzas.

Asesinos natos (Oliver Stone, 1994)

Aún odiada y amada a partes iguales, pero innegablemente icónica, esta película de Oliver Stone sigue en forma de programa televisivo a una pareja de asesinos que han convertido la violencia en su pan de cada día. Una película de grandes mensajes, pero también de grandes mamporrazos. No es de extrañar que el guion fuese escrito por Quentin Tarantino.

Encontré al diablo (Kim Jee-woon, 2010)

El protagonista de esta película de Kim Jee-woon, que participó en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián, es un asesino en serie -de chicas jóvenes, cómo no- con métodos algo escatológicos. Lo explícito de esta película de muerte y venganza te hará revolverte en el asiento.

Kill Bill (Quentin Tarantino, 2003-2004)

Quentin Tarantino no podía faltar en esta lista. No en vano es el heredero más claro del cine de explotación, donde las cabezas salen volando y las luchas con katana son el pan de cada día. La violencia desmedida de esta historia en dos volúmenes protagonizada por Uma Thurman es sólo uno de sus muchos encantos.

Battle Royale (Kinji Fukasaku, 2000)

Los juegos del hambre' japoneses no estaban tan abiertos a la revolución y el triunfo de sus protagonistas. Muy al contrario, esta película de Kinji Fukasaku es un festival de sangre y violencia en una isla donde los colegiales rebeldes han sido abandonados para matarse entre ellos. Y vaya si lo hacen.

Hard boiled (John Woo, 1992)

Hace poco estrenó su primera película de Netflix, 'Manhunt', pero John Woo ya hace tiempo que es un maestro del cine de acción. John McClain lloraría al ver al protagonista de este filme, al que no hay nada que le detenga en su misión de detener a los malos y encontrar al asesino de su compañero.

Brawl in the cell block 99 (S. Craig Zahler, 2017)

Una de las sorpresas de la temporada nos llega de la mano de S. Craig Zahler (director de la genial y también violenta 'Bone Tomahawk'), que se sirve del cuerpo-armario de Vince Vaughn para componer un drama carcelario donde las cabezas se aplastan con una facilidad pasmosa.

El precio del poder (Brian de Palma, 1983)

Un clásico entre los clásicos, firmado por un Brian de Palma que no se cortó un pelo en hacer de Al Pacino el epítome del mafioso violento y sanguinario. Pero noble. Solo con esta escena final, con el arma en mano en el punto más alto de su mansión, se justifica el carácter violento de todo el filme.

Hostel 2 (Eli Roth, 2007)

¿Que por qué la segunda? Porque Eli Roth se volvió loco: si la primera parte de esta saga de terror ya era una asquerosidad al estilo 'Saw', esta continuación no hace más que elevar al cuadrado -y, todo sea dicho, de forma genial- los niveles de violencia, sangre y sadismo.

Irreversible (Gaspar Noé, 2002)

De aquella ola de cine francés que buscaba los extremos de la violencia y la crueldad surgió este filme de Gaspar Noé, un provocador nato que hizo revolver las tripas de todo el mundo con una larguísima escena de una violación. De una violencia y tortura casi insoportable.

Oldboy (Park Chan-wook, 2003)

Sí, ese martillazo va a ir directo a la cabeza de ese hombre. Y no será el único. Este clásico de culto de Park Chan-wook nos dejó una de las historias más dramáticas e inesperadas del año, y no le faltaba tampoco una buena dosis de violencia a cargo del protagonista... y su martillo.


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