lunes, 18 de julio de 2016

687: Ese no se qué


-No sé en qué momento detecté un cambio importante en ella. Ya no olía igual que antes, como a mí me gustaba. Ahora olía a perfume caro, a sofisticación, muy distinto del antiguo olor a…
Se detuvo. Creí que para pensar, pero cuando vi que se pasaba la lengua por los labios entendí que estaba evocando algo muy personal.
-Comprendo
-No, no creo que comprenda. Iba a decir olor a…
Volvió a detenerse. Sabía perfectamente el olor que quería describir pero no encontraba la palabra para hacerlo.
-Animal
-Iba a decir olor a hembra. Pero ¿cómo lo sabe?
-Es natural. Continúe.
-¿Acaso usted también conoce a mi mujer?
-En absoluto.
-Entonces dígamelo, por lo que más quiera.
-No deseo trivializar los sentimientos de nadie. Pero es siempre lo que más nos gusta. Suele pasar así.
-Una mujer como Adela no suele pasar.
-Está bien.
-Usted no me cree, pero si llega a conocerla se dará cuenta de lo fácil que es perder la cabeza por una mujer, dejarlo todo, renunciar a los placeres de la vida si eso supone pasar un minuto más a su lado y respirar el aire que sale de su boca.
-Siendo así, prefiero no conocerla.
-En otro tiempo trataría de impedírselo por todos los medios. Póngase en situación. Con todos esos antecedentes que le he contado, con todas esas relaciones tan fuera de mi control, más todo lo que yo no conocía, ya habrá dado por segura una cosa. Yo sólo empecé a sospechar. Pero como la incertidumbre me mataba no tardé en provocar una conversación sobre ello. Un día le pregunté dónde pasaba tanto tiempo. En la galería, me respondió sin mirarme, pero la pregunta adecuada habría sido dónde lo pasaba antes de montar la galería.

10 comentarios:

  1. Jajajaja. Muy bueno. Pero debería haberle hecho finalmente la pregunta adecuada, lo que pasa es que es un cagao.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Hola de nuevo. Brillante imaginación como siempre en tus relatos.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Para perder la cabeza hay que tenerla.
    Y no es mi caso.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  4. Tiene razón Celia. A preguntas mal hechas, respuestas inconcretas. Hay que ir al grano.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. El problema no es esa mujer, el problema es ese el hombre.
    Interesante historia.

    mariarosa

    ResponderEliminar
  6. Ese no sé qué... ese qué sé yo...

    ResponderEliminar
  7. Está claro que lo importante es saber hacer las preguntas acertadas :)
    El ser humano y más si está enamorado siempre viven con un no se qué...

    Besos

    ResponderEliminar