Un viajero que tuvo que
hacer una larga travesía, ató su animal a un carro e inició la marcha hacia un
largo destino, con un límite fijo de tiempo. Al animal lo llamo Necesidad, al
carro Deseo, a una rueda la llamó Placer y a la otra Sufrimiento.
Así pues el viajero
llevaba su carro a derecha e izquierda, pero siempre hacia su destino.
Cuanto más velozmente iba
el carro, más rápidamente se movían las ruedas del Placer y el Sufrimiento,
conectadas como estaban por el mismo eje y transportando como estaban el carro
del Deseo.
Como el viaje era muy
largo y nuestro viajero se aburría, decidió entonces decorarlo, ornamentarlo
con muchas bellezas. Pero cuanto más embelleció el carro del Deseo más pesado
se hizo para la Necesidad, de tal manera que en las curvas y en las cuestas, el
pobre animal desfallecía no pudiendo arrastrar el carro del Deseo. En los
caminos arenosos las ruedas del Placer y el Sufrimiento se incrustaban en el
piso.
El viajero desesperado,
porque el camino era muy largo y estaba muy lejos su destino, decidió meditar
sobre el problema y, al hacerlo, escuchó el relincho de su viejo amigo.
Comprendiendo el mensaje, a la mañana siguiente desbarató los adornos del
carro, lo alivió de sus pesos y muy temprano llevó al trote a su animal avanzando
hacia su destino. No obstante, había perdido un tiempo que ya era
irrecuperable.
A la noche siguiente
volvió a meditar y comprendió, por un nuevo aviso de su amigo, que tenía ahora
que acometer una tarea doblemente difícil, porque significaba su desprendimiento.
Muy de madrugada
sacrificó el carro del Deseo. Es cierto que al hacerlo perdió la rueda del
Placer, pero con ella perdió también la rueda del Sufrimiento. Montó al animal
de la Necesidad, y sobre sus lomos, galopó por las verdes praderas hasta llegar
a su destino.
Muy buena parábola, o como quieras llamarla.
ResponderEliminarUn abrazo.
no sé, no hay que descartar nada, todo sirve! hay que poner esfuerzo y constancia a todo eso no? saludos...
ResponderEliminarMe ha parecido una historia muy interesante que hace pensar.
ResponderEliminarBuena parábola, el hombre por placer comete errores y su caballo, que es su vida y lo conduce a destino, es el sufrimiento, terminan siempre ligeros de equipaje!!
ResponderEliminarCuesta liberarse
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