-¡Oí! ¡Oí! ¡Despertate!
¡Despertate!
-¿¡Qué pasa!? ¿¡Qué
pasa!?
-¡Tienes que irte!
-¿Por qué?
-¿Cómo que por qué? Por
los vecinos, pues.
-¿Qué hora es?
-Las tres
-¿Y tú quieres que salga
a las tres de la madrugada en mangas de camisa en pleno invierno?
-¿Y quién te dice que
vengas en mangas de camisa?
-¡Oye! ¡Oye! Te has
olvidado que era las once de la mañana cuando nos hemos encontrado en la acera
de tu casa, hemos mirado a la izquierda, a la derecha, al frente y arriba y al
ver que ningún vecino estaba, he entrado a tu casa y te he entrado.
-¿Y a qué hora piensas
irte?
-A la hora en que todo
los vecinos están almorzando
Ando perdida escribo menos Feje abierto solo un blog Te dejo un abrazo saludos
ResponderEliminar¿Todavía hay personas que se preocupan tanto por las apariencias, el que dirán y los vecinos?
ResponderEliminarTal vez en un pueblo chico... porque en las ciudades cada uno está metido en sus cosas.
Besos, Chaly.
ojos que no ven
ResponderEliminarcorazón que sufre jajaja
un beso