Un hijo, tras el
fallecimiento de su padre, puso a su madre en un asilo y la visitaba de vez en
cuando.
Un día recibió una
llamada del asilo, informando que ella estaba muriendo. Fue corriendo a
ver a su madre antes de que ella muriera y le preguntó:
-¿Madre, qué quieres que
haga por ti?
- Quiero que coloques
ventiladores en el asilo, porque el calor es insoportable, quiero que compres
refrigeradores también, para que la comida no se malogre. Muchas noches tuve que
dormir sin haber comido nada
- Pero ¿ahora me estás pidiendo estas cosas, mientras estás muriendo?, ¿Por qué no me lo dijiste antes?
- Pero ¿ahora me estás pidiendo estas cosas, mientras estás muriendo?, ¿Por qué no me lo dijiste antes?
- Yo me acostumbré a
convivir con el hambre y el calor, pero mi miedo es que tú no puedas hacerlo,
el día que tus hijos te envíen aquí cuando estés viejo. ¡Las cosas que estoy
pidiendo SON PARA TI...!
Ole. ole, ole!!!!!
ResponderEliminarEso es el amor de una madre, el único sentimiento puro y desinteresado del género humano.
ResponderEliminarUn abrazo.
Para evitar estos problemas es que no planeo llegar a viejo...
ResponderEliminarSaludos,
J.