Era una verdad impalpable
Si alguien es el
culpable, el culpable soy yo
¡Calla!
Déjame que desgrane mis
errores, déjame que me desgarre el pecho al recordar mi terquedad, mi ennegrecimiento
ante una verdad tan grande como el culo de JLo, no lo vi, si bien lo palpe, no
lo entendí.
¡Ahora es tarde!
Tardísimo para zurcir mi error.
Yo la conocí a la ribera
del Palacios, las gotas resbalaban de su piel lustrosa, sus pezones iluminaban
su camino hacia mis ojos, me miro y sus pies marcaron un rumbo diferente, el
bailoteo de sus nalgas fue como un suspiro al anochecer.
Después, supe mucho de
ella, de sus amores y de sus fracasos, de su nombre y de sus alias, de su casa
y de otras cosas más que llenaron mi cabeza de fantasías quiméricas.
También supe que ella
indagaba de mi vida, de mis cosas, de mis amores y de mis fracasos.
Y el tiempo y el clima se
interpuso entre nosotros.
[Aquí el corrector dice
que en vez de interpuso, debe decir interpusieron. Cómo es posible que una máquina
que no sabe de mis emociones me venga con estas macanas, ¿Quién fue el imbécil que
le dijo a la máquina que dijese lo que yo no quiero que diga?]
Se interpuso entre
nosotros.
¡Aja que bonito! Ahora la
maquina dijo: Ok,
¡Mierda, mierda! Ya perdí
el hilo de la charada.
Putas máquinas. :)
ResponderEliminarUn abrazo.