Si usted deja crecer una
semilla que está podrida no dude que la planta crecerá deformada y sus frutos
no servirán para nada. El caso del niño de nueve años que entró a una joyería
en Moreno con un arma de juguete con la intención de robar es el ejemplo de la
semilla podrida. Hay miles de chicos en esta situación difícil y a la que los
han empujado otras plantas que ya están podridas.
Ahora sabemos que el
menor que nació en 2009 abandonó la escuela en 2018 cuando lo expulsaron por
bajarse los pantalones y mostrarle los genitales a una compañera. En la
comisaría donde su madre lo entregó, en el formulario quedó escrito que la
mujer es empleada doméstica, que el niño "no posee padre"
Las cámaras de seguridad
registraron el episodio que hasta puede provocar una sonrisa al ver a ese
pequeño primero disimulando con la cabeza hacia abajo y luego sacando de su
cintura el arma de juguete a la vez que decía "Dame todo". Pero no es
para sonreír sino más bien todo lo contrario. Hoy la madre con el niño deben
presentarse en la fiscalía. El propietario del negocio, contó su sensación y
dijo "Pensé" que el nene estaba jugando... es triste ver que estaba
jugando a eso. Si a los 8 hace esto a los 14 me mata".
Aseguró que lo dejó
entrar porque pensó le iba a pedir plata o algo para comer pero que, una vez
adentro, le empezó a preguntar precios y que esquivaba la mirada. "Tenía
gestos y actitudes que tienen los delincuentes adultos". "Cuando lo
saque" a la calle vi que había alguien esperándolo y entre" rápido al
negocio y cerré"
Varios testimonios de
vecinos y comerciantes de la zona confirman que a los nenes "los alquilan
para delinquir o estudiar los lugares. Entran miran y luego cuentan. Hay mucha
pobreza por acá en Moreno y los niños son mano de obra barata". En estos
días el comerciante que vivió el intento de robo es amenazado por parte de la
familia del chico para que no haga ninguna denuncia. Golpearon los vidrios del
local y se marcharon. El chico fue reconocido por otros comerciantes de la zona
que aseguran que entró a sus negocios y uno recordó que cuando dejó su local se
acercó a un hombre en la vereda y le dijo "adentro hay mucha gente".
El ejemplo de la semilla
podrida no es una metáfora, es la más penosa realidad que viven miles de
argentinos que por una o varias razones han elegido este camino y empujan a sus
hijos a repetir su historia como si esta fuera un ejemplo. Planes sociales,
falta de trabajo, facilismo, cualquier alternativa servirá de excusa para que
haya gente capaz de "vender", "alquilar" o "usar"
a sus hijos pequeños para servir al delito o delinquir directamente.
Este chico, no va a la
escuela porque lo expulsaron y es evidente que a su madre le dio lo mismo, no
hizo nada para que pudiera seguir estudiando. No les importa porque no saben o
no quieren saber. Han puesto a sus hijos en la cuerda floja de una vida por la que
los obligan a transitar sin red, total si se caen, "hay otros". El
arma de juguete forma parte del entrenamiento pero cuando tenga catorce será
una de verdad y si tiene que matar matara, porque ya está jugado y hasta creerá
que es mejor morir que intentar otra cosa.
Patético.
ResponderEliminarUn abrazo.
Triste realidad.
ResponderEliminarY muy patético como dice Macondo.
Besos.