lunes, 20 de febrero de 2017

891: Fiesta Camba

El Carnaval es considerado la fiesta grande de los cruceños y su popularidad se mantiene inalterada en todo el oriente de Bolivia, caracterizándose por las fiestas, que al son de bandas de música, tamboritas y copleros, organizan las diferentes comparsas.
En Santa Cruz de la Sierra es donde presenta mayor complejidad, estando constituido por las fiestas carnavaleras, el correo del carnaval, la coronación de la reina, las once noches de mascaritas, las coronaciones de la reina infantil y la reina de antaño, los corsos infantil y de las ciudadelas, el corso de carnaval o principal, los tres días de mojazón, el miércoles de ceniza y el carnavalito o entierro del carnaval.

Las fiestas precarnavaleras se inician el primer fin de semana de enero y se repiten todos los fines de semana, con desfiles de carros alegóricos con temas universales o de sátira política, armados por las diferentes comparsas o agrupaciones carnavaleras disfrazadas de acuerdo al tema elegido, que bailando recorren la calle 24 de septiembre hasta la Plazuela del Estudiante, siempre acompañados de la reina del carnaval quien luce un carro alegórico y un traje de fantasía diferente cada noche en conjunto con la comparsa coronadora. Una semana antes del corso de carnaval se celebra el correo del carnaval con la tradicional lectura de bandos carnavaleros, que no son más que una especie de ordenanzas del municipio cruceño con tomaduras de pelo a las autoridades y personalidades del quehacer político, cívico y cultural.

La coronación de la reina del carnaval es generalmente el jueves antes del corso, es un espectáculo temático que requiere meses de ensayo por la comparsa coronadora del carnaval, seguido de una gran fiesta popular, donde acuden todas las demás reinas de comparsas, ataviadas con sus elegantes trajes de fantasía bordados con pedrería, lentejuelas y plumas de avestruz, faisán y otros adornos, alusivos a alegorías universales o de corte típico costumbrista.
El viernes antes del corso es generalmente la coronación de la reina de antaño, que anualmente se celebra para beneficio social con un espectáculo de humor y sátira, verdadero despliegue del espíritu alegre del cruceño. En esos días también se lleva a cabo la coronación de la reina infantil, en un festejo que imita al principal. El domingo anterior al corso principal generalmente se realizan el corso infantil y el corso de las ciudadelas. Las fiestas o noches de mascaritas, muy populares en el pasado, han perdido brillo y su desarrollo cada vez se vuelve menos atractivo.

El sábado por la tarde se inicia el corso de carnaval, donde la figura principal es la reina del carnaval subida en su carro alegórico acorde con la representación de su traje de fantasía principal. El conjunto se completa con la comparsa coronadora disfrazada de acuerdo al concepto temático elegido, que la sigue bailando al compás de la banda tocando el taquirari característico de la agrupación.
Son parte de la fiesta más de 200 comparsas y agrupaciones carnavaleras, quienes acompañan a sus reinas apostadas en sus respectivos carros alegóricos, al son de sus propias bandas o tamboritas. Algunas comparsas adoptan disfraces con temas tradicionales o universales; otras vienen saltando o haciendo coreografías, vestidas con casacas de vivos colores o bien con las típicas batas de mangas anchas, siempre con su color y nombre distintivo. A este desfile, que se inicia el sábado al atardecer y concluye al amanecer del domingo, concurren dos centenares de miles de personas de la ciudad y de otros lugares.
La Municipalidad y la Asociación Cruceña de Comparsas Carnavaleras junto a la comparsa coronadora son los encargados de la organización de este espectáculo popular, en donde no falta el desorden y la exageración, y sobre todo alegría, música, baile, bebidas y simpatía.

En las tardes de los tres días de mojazón, niños, jóvenes y adultos toman las calles y avenidas de los barrios, especialmente del centro de la ciudad para jugar con agua, pringarse con betún y tintas de colores. Decenas de miles de habitantes, sin distinción ninguna, participan de la fiesta pues la circulación de automóviles se limita o se cierra en diferentes sectores, para que los comparseros puedan trasladarse por las calles compartiendo su alegría con propios y extraños, al son de las diferentes bandas de música que se encuentran y forman una guerra de melodías en competencia de cuál es la más sonora, y por lo tanto la mejor.

Las casas de espera
Los carnavaleros recorren las calles hasta llegar a una casa de espera donde los comparseros llegaban para servirse un refresco, comer y bailar con las invitadas.
El cariño de padrinos. En un principio la casa de espera era el lugar donde el padrino esperaba a la comparsa que lo había honrado con ese nombramiento y para celebrar, esperaba a los carnavaleros con un poco de bebida y comida e invitaba a las señoritas del barrio y parientes para acompañarlo en la euforia. Para las damas era un honor asistir a una casa de espera, porque llegaban las mejores comparsas.
Así, las casas de espera se convertían en un motivo esencial por el que los comparseros, desbordantes de alegría circulen por las calles y mientras se realizaban el trayecto era inevitable rencontrarse con otras agrupaciones similares. "El carnaval giraba en torno a las calles. Después de dar unas vueltas por la 24 de Septiembre y la plazuela Callejas la costumbre era ir a las casas de espera, donde se baila al son de taquiraris, chobenas y carnavalitos, sones típicos cruceños.
El domingo siguiente es el carnavalito o entierro del carnaval, cuando entre lamentos teatralizados, los carnavaleros realizan el entierro simbólico de un muñeco de trapo, como señal de que el carnaval ha terminado.

El “Entierro del Carnaval” seguramente es tan antiguo como la fiesta cruceña. Concluye con las once noches el domingo siguiente. Lo curioso es que tanto los bailes de máscaras como “Carnavalito” continúan y se realizan después del miércoles de ceniza.

“¡Ah, mamay! ¡Ah, tatay!
Hasta el año, Carnaval.
La sortija que me diste
fue de vidrio y se rompió.
El amor que me tuviste
fue muy poco y se acabó.
“¡Ah, mamay! ¡Ah, tatay!
Hasta el año, Carnaval".

En el Estatuto de la ACCC aprobado en 1993, se establece que la organización del Entierro del Carnaval estará a cargo de la Comparsa Coronadora en coordinación con el Directorio de la Asociación. "El acto central se deberá realizar de acuerdo a las tradiciones del carnaval cruceño, el primer domingo después de carnaval. Las comparsas podrán realizar sus propios ‘entierros’ del carnaval en los lugares que mejor convenga a sus grupos". En la reforma del 2004 se mantuvo el texto.
Es también denominado domingo de carnavalito. Después del entierro, las comparsas celebran con churrascos al son de los taquiraris y carnavales de sus bandas de música o tamboritas, despidiéndose hasta el próximo año.

7 comentarios:

  1. Jamás me gustaron los carnavales, de hecho, nunca me he disfrazado, no me gusta.

    Besos

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  2. Igual que Prozac, mi espíritu carnavalero es nulo.
    En Buenos Aires hay cada vez menos festejos, solo se realizan unos corsos con comparasa pobretonas y sin gracia en algunos barrios.
    La movida está en Entre Ríos y Corrientes.
    Besos, Chaly.

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  3. Yo no soy de carnaval. Jamás le presté atención.
    Besos.

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  4. Nunca he estado en un carnaval....aunque mi mamá fue reina del carnaval de su pueblo.

    Besos =)))

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  5. Tiene muy buena pinta, me gustaría vivirla en directo.

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  6. El carnaval es una fiesta genial para los marchosos y la escusa perfecta para decir y hacer chifladuras sin que te vean como al extravagante del lugar.

    Me lo paso genial leyendote Charly :)
    Besos

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  7. El carnaval como en Cádiz en ningún sitio jajaja. Me encantó leerte, yo soy poco de disfrazarme pero me encanta verlos y los tangos, las coplillas, los cuples, las chirigostas y las comparsas.
    Un beso

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