miércoles, 22 de febrero de 2017

893: resaca

—A ti te pasa algo.
—No… es sólo que no he dormido muy bien.
—Tú a mí no me engañas. Nos conocemos y sé perfectamente que me estás ocultando algo.
— ¡Que no!
—Mírame a los ojos.
— ¡Qué pesada eres! Si te lo cuento, promete que no vas a abrir la boca, ni opinar, ni meterte en mis cosas.
—Te lo prometo. Palabrita del crío Jesús.
—Anoche… ¡Uf! Anoche…
—Madre mía, chica, dilo ya.
—Anoche me deje coger por mi jefe.
— ¡¿Cómo?!
— ¿Te lo tengo que repetir?
— ¡Joder, ¿Con «el palomudo»?
—No, si ya sabía yo que no ibas a poder estarte calladita y sin preguntar.
—Te juro que he aguantado todo lo que he podido, lo he intentado, pero no puedo. Por favor, cuéntame algo… un poquito. Porfa, porfa, porfa…
—Eres una cotilla enfermiza.
—Un poquito, sólo un poquito.
Después de tanta insistencia Le contó todo con pelos y señales.
—Pero, ¿cómo puedes ser tan tonta?
— ¿Tonta?  ¿Por qué soy tonta?
—Te tiras al palomudo, disfrutas como una  ninfómana y luego le echas la charla y te arrepientes.
— ¡Es mi jefe!
— ¿Y?
—No tienes pudor ninguno.
—Mira, cariño, he aprendido algo en esta mierda de vida: disfruta todo lo que puedas, porque un buen día te vas al otro barrio y todo lo que tu cuerpo se lleve, será lo que te quede.
—Sí, claro, pero… ¡Es mi jefe!
—Sí, la verdad es que eso es una putada… ¿Puedo preguntarte algo?
—Si te digo que no, ¿serviría de algo?
—No.
—Dispara, entonces.
— ¿Tiene el palito tan duro como parece?
— ¡Mira que eres burra!
Le lanzó una sonrisa enorme
–Tan sólo te diré una cosa. Es mucho mejor de lo que yo esperaba. Duro no, durísimo.
—Entonces mereció la pena.
La afirmación de su amiga le hizo recapacitar, quizá ella tenía razón, no debía darle más vueltas. Lo que pasó, pasó y ya no tenía remedio. Loquilla tenía un don especial, conseguía alegrarle la vida y ayudarla, sin siquiera proponérselo, a superar todos sus temores. Como siempre, había conseguido sacarle una sonrisa.
—Gracias
— ¿Por qué?
—Porque no sé cómo lo haces, pero contigo los problemas parecen menos problemáticos

— ¡Anda ya, tontita! No te pongas tan sensiblera que sabes que soy de lágrima fácil. Ponte guapa y vámonos, que vamos a llegar tarde.

8 comentarios:

  1. Si lo tenía grande y duro y la hizo disfrutar, hizo bien. Esta vida son dos días, y cuatro los vivimos mal-

    Abrazo Chaly.

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  2. Nada como el placer con eso se olvida todo, lo malo es que muchas veces tras el placer llegan los problemas. Porque no nos vamos a engañar, no se puede estar las 24 horas del día follando.

    Sí, disfrutemos lo que podamos.

    Besos

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  3. Híjole....no sé, disfrutar al máximo, pero sin cruda moral!

    Besos

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  4. Jajajaja "¿Tiene el palito tan duro como parece?" Ay... jajaja

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  5. Pues en ese aspecto, yo soy bastante insensata.
    Y en los otros... También.

    Beso, Chaly.

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  6. Está bien puesto el título. Menos mal que tiene una amiga que le hace de sal de frutas.
    Un abrazo.

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